Local cercano a los baños árabes. Nos sentamos en la terraza de la calle del Bellaire. Sin lujos. Servicio amable y voluntarioso. Servilletas de papel. Menaje de batalla. Carta a base de tapas sencillas, bocadillos y algo de brasa (entrecot, tocino y lomo). Carta de vinos con algo más de una docena de referencias de gama media-baja. Tomamos cerveza.
Cena ligera para cuatro:
- Huevos estrellados con chistorra (5,60 €) - Un huevo frito encima de unas patatas fritas y una chistorra aceptable. Soso y deprimente.
- Patatas bravas (4,60 €) - Del montón. La salsa no picaba.
- Bombas (4,60 €) - Juraría que eran precocinadas. Al menos la salsa picaba.
- Tempura de verduras (4,10 €) - Raro, raro. Con salsa agridulce de bote.
- Croquetas de jamón (4,10 €) - Nos quedó la duda de qué marca serían.
- Pizarra de embutido variado con pan con tomate (8,10 €) - Lo mejor, el pan con tomate. El bull negre y el fuet tampoco estaban mal.
Para beber, un refresco (2,10 €), dos aguas grandes (1,35 €/ud.), una caña (2,35 €) y una clara de medio litro (3,35 €).
Las raciones no son nada generosas. Nos quitamos el hambre por un módico precio y disfrutamos de las vistas.
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