Restaurante Vall de cavall en Gata de Gorgos
Restaurante Vall de cavall
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
52 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
10.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Vall de cavall
OPINIONES
2

Vall de  cavall es uno de esos restaurantes en el que el entorno ya de por sí merece una visita. Se trata de una antigua casa de campo que ha sido restaurada íntegramente y a conciencia quedando un lugar de gran belleza y valor arquitectónico. Muros de piedra, vigas de madera, suelos rústicos, amplísimas terrazas elegantemente vestidas, mantelería, cubertería y vajilla de calidad… no falta detalle. A ello cabe añadir el bello enclave en el que se ubica, rodeado de prados donde pastan decenas de caballos, campos de almendros y bellas vistas del macizo del Montgó y el resto de montañas que lo rodean.

La carta es de marcado corte afrancesado con una cocina clásica plagada de propuestas donde el protagonista absoluto es el producto revestido de acompañantes y salsas que, más que aderezar, tienen la función de ornamentar el plato consiguiendo platos muy vistosos, excesivamente barrocos en algún caso y alejados de las propuestas de otros restaurantes de rabiosa actualidad. Dicha carta no es muy extensa y ofrece cuatro o cinco propuestas en cada uno de sus apartados: entrantes, ensaladas, pescados y carnes. En nuestra visita nos pedimos:

Carpacho de ternera con cebolleta encurtida y rábano: Buena calidad de la carne aunque, en este caso, se ve empañada por el marcado carácter que le confieren los encurtidos con los que se adorna.

Vieiras a la plancha con crema de parmesano: para mí, lo mejor que probé. Técnicamente estaban perfectamente cocinadas y, además, se mantuvo el justo equilibrio con la salsa que las acompaña.

Garreta de cordero al estilo marroquí: Estaba muy rica de sabor, pero, a pesar de desprenderse con facilidad del hueso, le faltaba ternura y no se puede afirmar que “se deshiciese” con facilidad. Ración excesivamente generosa que aumenta aún más con el acompañamiento desproporcionado de verduras. Si me apuran, puede servir estupendamente para dos comensales. Mis acompañantes pidieron entrecot a la brasa que, según ellos, tampoco era de los mejores que hayan degustado. Correcto sin más.

Sobredosis de chocolate: Su nombre lo dice todo y, para quienes nos declaramos amantes del cacao, supone un postre que colma sobradamente las expectativas. Cuesta acabárselo.

La bodega, como no podía ser de otro modo, es de corte clásico y no demasiado extensa. Se aplica un sobrecargo sobre el precio en bodega un pelín más elevado del que se acostumbra a añadir en otros restaurantes de la zona. El servicio fue perfecto y, eso sí, nos invitaron a unos excelentes vinos dulces: Gramona vi de glass Gewürztraminer y un moscatel tinto cuya bodega y elaborador no logro recordar.

El servicio viste elegantemente y se muestra en todo momento servicial y eficiente. Nuestro trato con ellos más desenfadado y cercano fue bien acogido por su parte y el ambiente “se relajó” a medida que avanzaba la comida, cosa que agradecimos mucho. Muy profesional.

En definitiva, un establecimiento que no acaba de cuadrar plenamente con mis preferencias pero al que no hay que negarle el valor que supone una cocina correcta, un servicio de altura y un entorno maravilloso. Quizás me llegue el momento de saber apreciar más este tipo de propuestas.

Vall de Cavall es un pequeño secreto disfrutado por los extranjeros acomodados residentes entre Javea y Moraira. Un excelente restaurante de cocina internacional, con platos de calidad gastronómica y servicio profesional. La terraza y los comedores están rodeados por praderas verdes con vallas de madera, y los más espectaculares caballos que hay en cientos de kilómetros, porque Vall de Cavall es un centro de hípica, un hotel para caballos donde se cuida a ejemplares de concurso.

La carta ofrece unas entradas frías: ensalada de bogavante y frutas tropicales, ensalada de queso de cabra frito con coco... Entradas calientes: salteado de foie y setas, vieiras a la plancha con parmesano, pulpo a la brasa con cremoso de patata..

En los pescados siempre hay bacalao confitado, lubina, y el salmón con tinta de calamar. Y un pescado del dia.

Lo mejor, y más espectacular, las carnes: Cochinillo, cordero o ternera, con una peculiaridad. Raciones siempre muy grandes, para dos personas, y carnes hechas con enorme paciencia a baja temperatura. Porque los dueños y chefs son de Marruecos, y aplican la técnica laboriosa del Meshui a las carnes. Pedir un jarrete de ternera, asado durante 18 horas, después de marinar varios dias, es una experiencia que vale la pena. 80 euros de carne, pero suficiente para cuatro comensales.

La carta de vinos es también selecta y algo cara, aunque hay un buen Ribera con 9 meses de barrica por 19 euros (Tóser) y un Rioja más modesto por 18 (Ladrón de Guevara) Los demás vinos, por encima de 30 euros. Hay Pingus a 1.350 euros.

En resumen, un Restaurante con mucho estilo, frecuentado por propietarios de residencias en la zona, y con unas vistas impresionantes del valle y del Montgó.   

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