Conste que ha sido por trabajo. Esta vez nos acomodaron en el comedor del altillo.

Elegí del menú especial de 23,86€ (jopelines con el tipo que pone los precios...):
- Combinado de verduras a la brasa con romesco - verduras pasadas, pimiento y espárrago verde de bote y romesco pastoso.
- Arroz tintado con sepia y almejas - bien el arroz, seca la sepia y las (2) almejas, más secas que la mojama.
- Piña natural - presentación más propia de comedor de colegio que de restaurante.

Lo único bueno, pedimos un Gramona III Lustros y nos trajeron la añada 2001. Después de cambiar mi copa de la señorita Pepis por otra algo más adecuada que había en la mesa vecina, pude al menos disfrutar del vino.

No entiendo cómo tengo tantos conocidos a los que le gusta este restaurante... Y esta vez fui con enchufe, con un buen cliente habitual :-/

Decoración muy clásica con paredes cubiertas con madera oscura. Sillas bastante cómodas. Mesas correctas y algo juntas. Servicio de mesa corrientito. Copas muy sencillas. Las copas que nos han puesto a mi mujer y a mí para el cava eran diferentes. Cubitera obsequio de una bodega. Camareros distantes y poco comunicativos. Ni maitre ni sumiller han dado señales de vida. Iluminación justa. Ambiente muy familiar, con predominio de gente de la tercera edad. Local lleno. Carta extensa y muy clásica, con un añadido de sugerencias. Carta de vinos con algunas referencias interesantes y representación de media docena de D.O. catalanas, Rioja, Ribera de Duero y algunas otras D.O. españolas, un burdeos tinto y un champagne (Moët&Chandon). Precios x2 aprox.

Almuerzo para 3:

- Entrantes para compartir:
Berberechos y tallarinas (13,85€) - con una salsa bastante buena.
Gambas y alcachofas rebozadas (13,52€) - buenas.
Caracoles (15,11€) - diferentes, con almendra picada. Buenos, aunque el allioli lo he encontrado muy insípido.

- Platos principales:
Pies de cerdo rellenos de foie con salsa de higos (13,85€) - recalentados, insípidos, el foie apenas se notaba y la salsa sabía requemada. Guarnición de patatas paja, una rodaja longitudinal de zanahorio enrollada con algo que no recuerdo en medio. No la he tocado.
Meloso de rabo de buey con salsa de oporto (15,07€) - Carne algo seca y salsa con un sabor raro que no he sabido identificar. Misma guarnición que los pies de cerdo.
Lubina al horno con patatas panadera - Presentada a la mesa en una mini-sartén parisien. Emplatado self-service. Lubina correcta. Patatas más cocidas que asadas.

- Postres: Crepe de plátano (6,38€), crepe de chocolate (5,52€) y pastel de chocolate (5,29€). Los tres cubiertos con el mismo chocolate fundido. Flojos. Nos han ofrecido un par de vinos dulces del Penedés a copas, que no me han convencido y he optado por no pedir vino dulce.

3 cubiertos/pan/comensal a 1,89€/ud. (supongo que incluye la rebanada de pan con tomate por comensal que nos han traído y la docena de aceitunas que había en la mesa cuando nos hemos sentado), 3 aguas a 2,05€/ud., un Gramona III Lustros 2004 (33,74€) y un cortado (2,03€) han completado la comida. Hemos pedido una ración de pan sin tomate que no nos han cobrado.

Las raciones de los entrantes me han parecido justas. Las raciones de los segundos, mucho más generosas. Los postres también bastante generosos en cantidad.

Restaurante de toda la vida para que la gente del barrio realice sus celebraciones familiares. Comida normalita, servicio normalito, precio caro para lo que hemos comido. Dispone de un menú (que no nos han ofrecido y que hemos visto al abandonar el local) por algo menos de 20 euros más IVA.

Si vuelvo será porque lo tengo a 5 minutos andando de casa.

Año tras año mejora este restaurant, recomendado por Michelin y con una muy buena RCP. La carta de vinos ha mejorado. Probé un Acustic del Montsant con un entrecot de Nebraska a la piedra, sensacional. Buen trato. continua su nivel ascendente.

Buen restaurant, con una buena relacion calidad-precio, y una gran atención. Puedes disfrutar de una buena comida, quizás con un exceso de ruido. lLa carta de vino es corta pero correcta y el trato de su personal es de resaltar. Muy recomendado

Excelente cocina. Unos fritos de pescado perfectos o la carne a la llosa -servida en una llosa caliente para hacértela al gusto- de muy buena calidad. Ambiente popular aunque es recomendable el comedor de arriba por lo tranquilo, y con un servicio amable y eficiente. La carta de vinos escueta pero correcta, y tratado con algún cuidado. Y precios razonables para los tiempos que corren -unos 100 e tres personas, sin café ni copa-. Reservar y acudir pronto que luego, eso sí, demoran en exceso.

Espacio atractivo y ámplio, cocina catalana con buena materia prima y precios razonables.
El servicio atento y el propietario pendiente y al detalle.
Un restaurante para recomendar y repetir con amigos.

Buenos productos naturales, buenas racones, buena coccion de los productos. Carta de vinos limitada. Servicio deficiente e inexperto

Considero que la relacion calidad-precio es uno de sus atractivos, te permite disfrutar de una buena comida sin tener que dañar el bolsillo, la carta de vino es corta pero correcta y el trato de su personal es bueno. Recomiendo ir a probarlo.

Buena materia prima, buena elaboración, raciones esplendidas, en cuanto al vino, en ese aspecto falla un poco, carta muy justa, con pocas denominaciones, solo tienen Penedes, Rioja y Ribera del duero. En cuanto al local tiene una decoración bastante hortera. El precio considero que es un precio ajustado por lo que comimos, una xatonada, un queso brie con mermelada, un bife argentino a la llosa y cochinillo, un Protos crianza de 75 cl, un muga crianza de 37,5 cl, una tarta de chocolate con chocolate caliente, un cafe irlandes y un cafe solo, salió para dos personas 91 Euros. En general es un restaurante para volver, pues la comida me gustó, se come muchisimo mejor que en muchos restaurantes de Barcelona más conocidos, "con mas nombre".

Hay algo realmente extraño en este restaurante, su cocina, con marcado carácter de mercado y elaborada con productos de primera calidad, con presentaciones escuetas pero ordenadas, precios ajustados y carta extensa, contrasta con el pésimo servicio del vino, cristalería muy justa, carta de vinos con pocas denominaciones y escueto surtido de bodegas ( los riberas del duero cuentan con cinco referencias) alguna denominación como Somontano, ubicada en Rioja y por si fuera poco la temperatura del vino es la reinante en ese momento en la sala, no disponen de armarios, además nos cuenta el propietario que este verano a recibido alguna queja sobre la temperatura de servicio.
Lo extraño, como decía, es encontrar unos precios ajustadísimos, como por ejemplo Moet Chandon 35 € o Viña Ardanza crianza del 2000 a 13 €
Lo dicho, solo le falta un pelin mas de pasión por los caldos ya que por su cocina destaca como para disfrutar de un buen ágape sin arruinarnos.
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