De casualidad conocimos este restaurante que abrió en septiembre del año pasado, con cierres y aperturas continuas debido a la que está cayendo..

Lo cierto es que comimos de maravilla, regentado por personal de ocio de la zona -todos los valencianos conocemos los locales-, y la verdad es que al entrar te encuentras con un oasis en medio de una zona en que aunque la oferta en restauración es amplia, no destaca precisamente por su excelencia.

Local muy amplio, mesas muy bien vestidas, coperío y cubertería de calidad, aunque con servilletas mejorables.

Música de piano amenizando la comida, con piezas clásicas -bésame mucho, angelitos negros, etc-.... muy agradable.

A lo que vamos; carta amplia con producto de gran calidad. Ensaladilla con salpicón de marisco, tiradito de pez limón, ostras guillerdau, croquetas de pollo al curry y costilla laqueada, todo delicioso.

Gran oferta en marisco fresco y producto de temporada.

A destacar la buena pinta de los arroces que desfilaban por delante, y que sin lugar a dudas elegiremos la próxima vez.

Carta de vinos corta, debido fundamentalmente a la reciente apertura, y con ofertas fuera de carta.

Tomamos un excelente Caserío de Dueñas superior, y posteriormente nos dieron a probar un Godello que incluso me gustó más.

Con invitación de las últimas copas de vino y orujos, 37 por barba me parece un precio muy ajustado.

Sin duda repetiremos.