Acudimos sin reserva y estaba lleno pero nos ofrecieron la posibilidad de comer con el Menú Taberna (48 € x pax. sin bebida).
* Minitorta de bonito con encurtidos. Un bocado de salazón.
* Cogollos a la brasa con crema de queso. Poca creatividad en este plato simple.
* Guiso de arbigara. Dumpling rellenos de las hojas tiernas del nabo (arbigara en euskera) y su caldo. Sin lugar a dudas, el plato que más gusto con todo el sabor de la huerta vasca.
* Tartar de merluza. Tacos marinados de merluza, recordando un ceviche.
* Albóndigas de oveja. Buena textura y potentes de sabor.
* Albaricoque. Finas láminas de higo con una fina mermelada de albaricoque y crema de queso.
* Vino Txacolí Garena, de producción propia.
Servicio atento con gente joven y rapidez en la comanda. Esperemos volver al restaurante.
Albaricoque
Guiso de arbigara
Tartar de merluza
Cogollos a la brasa con crema de queso
Minitorta de bonito con encurtidos
Albóndigas de oveja
Sin lugar a dudas una de las cocinas más prometedoras del País Vasco. Una cocina que empieza a brillar con luz propia , personalidad y estilo. La propuesta gastronómica De Julen Baz está anclada en los antecedentes históricos de la zona , en el producto local, pero mira al futuro , pareciendo querer ser una cocina de vanguardia. Histórica, tradicional , pero también rupturista y creativa. Se ofrece un menú degustación de 80 euros que en varios platos alcanza la excelencia, Cada propuesta se explica y después se degusta. Exige atención, estimula el estómago y el cerebro. Los sabores y texturas son nítidos y fieles al producto , un producto de calidad y cercano. Verduras , carnes , caracoles, hortalizas, huevos , leche...todo lo que hay por allí , conciliado y sintetizado en cada plato , algunos inolvidables ( como Restos, anchoa, nabo , acelga...) y otros que prometen y alcanzaran la excelencia en breve. La puesta en escena de todo este saber gastronómico se desarrolla en un marco deslumbrante, un caserío imponente con vistas todavía más imponentes. Los artilugios y material en los que se sirven los platos , también impactan , en mi opinión demasiado. No son necesarios con semejante cocina, pueden molestar o resultar un tanto grotescos o molestos. Pero bueno , es tan sólo mi opinión subjetiva, como todas. El servicio es amable, joven y muy explicativo, pero necesita afinamiento y coordinación ya que la apuesta es muy alta y total y a ese nivel , la exigencia es máxima . La carta de vinos ira cambiando supongo , espero que no de forma brusca y excesiva cuando triunfen, no es necesario, pero si que la atención al vino precisa un ajuste que la concilie con el potencial de la cocina y restaurante. En definitiva, una buena experiencia gastronómica, quizás dadas las expectativas creadas, esperaba un poco más , pero no tengo ninguna duda que con el asesoramiento correcto, llegará lejos...
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