Cpmo matización del comentario de iñaki yo diría más bien que la cocina no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y sigue una línea bastante clásica en la restauración francesa con muchas salsas a base de nata y mantequilla, resultando por tanto un poco pesada. El servicio muy atento pero tan recargado que limita el disfrute. El chateau es una preciosidad con una impactante decoratión estilo Art Nouveau. La carta de vinos es muy completa -de nuevo centrada en la zona- pero a precios también bastante altos -como es habitual en la restauración francesa-. Copas apañadas y servicio del vino correcto.

Restaurante situado en la carretera que se dirije a Pomerol y Libourne, en un chateau que hoy en día es un hotel de lujo. Decoración algo recargada y ambiente algo "estirado". La cocina es un quiero y no puedo. Se intenta modernizar platos de la zona, pero el resultado (obteniendo buenos resultados, no es que se coma mal) queda algo desfasado en el tiempo. Hay un menú a a 40€. La carta de vinos es amplia y a precios elevados (Chateau Carbonnieux 1998 tinto 80€), copas bastante normales. 60€ /persona. Creo que no volveré.