Ya en tercera generación en un local muy céntrico en la bonita población de La Eliana, en la plaza de la iglesia que le permite una "terraza" muy interesante en estos tiempos. Local dedicado con especial dedicación a almuerzos, tapas, arroces y guisos, con amplio espacio interior capaz de acoger celebraciones.

El servicio en la terraza es todo femenino, joven y eficiente con buena empatía con los clientes, muchos de ellos habituales del lugar. Dispone de varios menús a medio día, además de una carta amplia de entrantes (tapas) y una pequeña variedad (hasta 13) de bocadillos a la hora del almuerzo todo ello de corte clásico. Se puede aparcar en un amplio aparcamiento público gratuito muy cercano. En nuestro caso vamos a por el almuerzo y sobre todo por la terraza con mesas y sillas propias del caso y unas buenas sombrillas para la zona donde la torre de la iglesia no da sombra. El lugar es amplio, ventilado, espacioso sobre la plaza de la iglesia en una zona casi peatonal.

Cumple con los requisitos del almuerzo clásico valenciano de cacaos, en este caso fritos y pelados, y aceitunas en cantidades cortas. Para beber optamos por vino (Sierra Salinas bobal tempranillo 2018) y gaseosa para completar clasicismo.

En la parte sólida, los bocadillos no son de precio fijo y oscila entre los 5 y 8.50€ (hamburguesa de buey). El relleno no destaca por la cantidad. El pan es de buena calidad, crujiente y bien cocido. Optamos por el tamaño entero (en realidad son 2/3 de barra) en lugar del medio y elegimos:

. 2 x atún, aceitunas y anchoas: cumple

. blanco y negro con habas: buena calidad del producto sin pasarse de fuego con buen relleno de unas habas rehogadas con ajitos tiernos.

Completamos con el consabido cremaet y ojo que aquí la dosis es cosa seria por su tamaño y por su proporción de alcohol que más parece un "roncillo de café" que un carajillo de ron; cremaet bien elaborado y presentado. No nos atrevimos a repetir.