Taberna animada

Después de probar infructuosamente en Sylvia's, tiramos de esa web que ningún veremero de pro mira nunca. Pasamos por unos cuantos locales que no nos convencieron. Hasta llegar a éste. Se veía animado. El precio no era caro. Y estábamos cansados y hambrientos en nuestro último día en la ciudad.

Decoración rústica, un poco kitsch, del estilo de algunos locales que he visto en Man vs food. No parecía un lugar para turistas. Mesas de todo tipo: altas, corridas, grandes, pequeñas... Aquí no había cartón ni plástico. Por fin porcelana... Servicio atento y agradable. Nos vieron la pinta de guiris y el camarero nos echó un cable con el menú, que nos sonaba casi a chino, y las cantidades. Lo agradecimos.

La carta (ver foto) consiste en unos entrantes para compartir y varios platos combinados (brunch) a precio fijo, que incluyen una bebida. También tienen algunos postres, todos caseros.

Pedimos unas Crispy wings & chipotle BBQ para matar el hambre mientras llegaban los principales. Crujientes, sabrosas, buenísima la salsa, que sí picaba.

Como plato principal pedí algo ligerito: un seafood gumbo, que me sonaba de haber visto en algún programa en la TV. Olía bien y sabía bien. La guarnición de arroz y pan de maíz se la podían haber ahorrado. Como entraba en el precio, me pedí un mimosa, que no estaba del todo mal.

Y nos quedó sitio para probar un par de postres. Elegimos dos tartas: cookies & cream black velvet y creme brulee cheesecake. Ambas muy ricas y bastante contundentes.

Todos lo que pedimos estaba bastante bueno y tenía un tamaño respetable, con buena presentación. No me importaría repetir, aunque no muy a menudo ;-)

El precio, propina incluida, está en euros porque no encuentro la factura y he mirado el extracto de la tarjeta :-D