En zona de polígono puro y duro hasta hotel con spa, pasando por hipermercado, se ha hecho con la gente que por allí trabaja y la que esporádicamente hacemos gestiones. Su terraza, ahora cubierta de techo pero abierta por frente y fondo, amplia, de mesas bien separadas y casi sin gente en horario tardío, le hacen tener un atractivo que engancha.
Dos para almorzar con cervezas, cacahuetes con corteza (los oficiales) y aceitunas con algún encurtido, con un pan que necesita mejorar y más si acudes tardíamente. Tienes bastantes opciones con pequeñas diferencias de precio. Se paga en caja por adelantado en la barra mientras eliges. Tomamos con un olvido en la comanda que hizo que llegaran los bocadillos con diferencia de tiempo muy notable:
. medio de tortilla de alcachofas: sencillo de planteamiento, calentado en el momento, buen relleno y tiernas las alcachofas.
. entero "Llocambbrassa": carne de caballo, patatas panaderas, alioli, ajos tiernos y queso: muy buen relleno, carne perfecta hecha en el momento y queso básico pero semifundido por el calor de la carne. Materia prima que merecía mejor compañía en el pan. Recomendable.
Por supuesto unos generosos cremaets de buen nivel. Voy a tener que preguntar si me llevo yo el pan porque sería sobresaliente.
llocambbrassa
tortilla alcachofas
gasto
cremaet
Nuevo almuerzo y ante el calor y el Covid la preferencia de elección viene más condicionada por la opción de terraza que por la calidad del almuerzo. Así que descartamos novedades cercanas y repetimos en el de la mejor terraza cubierta. Sin cambios en el local más allá de muy poca gente.
Los 3 del esmorzaret todos a la media barra de un pan que resultó peor que la anterior vez. Lo tomado en mi caso fue del clásico de blanco y negro con habas fritas pues me aceptaron el cambio de los previstos pimientos verdes fritos. El pan tiró por tierra las sensaciones de un relleno y calidad de embutido correctos. Los otros dos bocadillos tampoco fueron para repetir.
Para beber nos acoplamos todos al vino con gaseosa, a los cacaos (regulares) y aceitunas (correctas) para finalizar con los cremaets (buenos). No hay mejora del servicio a pesar de no estar desbordados ni de lejos.
Quien tiene una terraza en estos tiempos tiene un tesoro.
Recuperando la tradición de almuerzos valencianos tras el paso de la epidemia del coronavirus, se van abriendo las terrazas de los locales, especialmente las de sitios como éste, ubicado en el interior de un polígono industrial al que da servicio de almuerzos y de comidas a medio día. Refiere como especialidades los arroces y las carnes a la brasa, teniendo incluso posibilidades de encargo y de envío a domicilio.
Local amplio. de fácil aparcamiento, con comedor interior de gran capacidad, hermosa terraza exterior cubierta, amplia barra que da salida a cocina y a brasas con una variada oferta de opciones interesantes. Haces tu solicitud de tamaño (normal es media barra de cuarto; grande es 3/4 de barra de pan) y su relleno y te dan un cartón grande con el número que colocas en tu mesa para que te llegue el pedido cuando esté preparado. Escoges la bebida y pagas (5,50€ ó 6,50€ según tamaño en los especiales y 5,20€ los normales) con algún suplemento (0.50€) para determinadas opciones extras añadidas (pisto, cebolla frita, pimientos..).
Se acompaña siempre de los cacahuetes y aceitunas de nivel correcto. Para beber una cerveza y vino (muy flojo, cosechero de la casa) y gaseosa. Tiene fama de buenos cremaets, incluido en el precio de almuerzo popular.
Los almuerzos, con un pan correcto sin sobresalir, y con un rellenado más corto de lo deseable:
. carne de potro con mantequilla y ajetes: tan bueno como delgado el filete de carne y bien hecha. La mantequilla prescindible.
. lomo adobado con patatas a lo pobre: no llegaron las patatas y volvió a cocina a por ellas. Comentado como correcto.
. atún con tomate restregado y con aceitunas: vino con queso fresco que es como está en el menú por lo que optamos por no devolver el segundo almuerzo a cocina.
¿El servicio? Pues un desastre y desbordado desde primera hora. Tardaron en llegar los bocadillos que además lo hicieron de forma escalonada en el tiempo. Llegaron con errores: uno sin las patatas, el otro con queso fresco aunque se había pedido el cambio a aceitunas.... Se pidió un extra de agua que nunca apareció. Al pedir los cremaets se nos denegó la opción porque la barra estaba con exceso de trabajo y nos pasamos a carajillos... Al final y cuando la demanda amainó, la cosa se arregló con la presencia de la jefa, Sonia, toda amabilidad y profesionalidad que vió que no teníamos el cremaet que habíamos estado comentando en la barra al llegar, y que nos trajo, de mutuo propio, para rematar la sobremesa y darnos disculpas por la falta de personal en ese día (2 ausencias) para el servicio de sala y terraza (y es de suponer que también hubo problemas en cocina). La amplia terraza estaba llena y con varios turnos y se notaban muchos clientes habituales.
Uno más que no se justifica si hay que desplazarse.
bocadillo de carne de potro
cremaet
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