Este restaurante centenario, el más antiguo de la población, originariamente estuvo ubicado en una plazuela que hay en el paseo de la misma fue parada obligada de viajantes donde reponer fuerzas para comer y para los vendedores del mercado para disfrutar de sus almuerzos de cuchara. Todo un referente para la capital de Osona donde antiguamente se celebraban bodas y comuniones. Es fundador y miembro activo del grupo Osona Cuina.

En 2006 cambia su emplazamiento al centro histórico a una calle que va a parar a la Plaça Major y se instala en un antiguo palacio del siglo XVIII, una amplia entrada donde posiblemente fuera la entrada de carruajes decorada con objetos antiguos desde ésta se accede a la bodega subterránea donde se conservan los caldos a buena temperatura, al fondo se tiene acceso al bristot donde hay un sinfín de objetos antiguos y pequeñas colecciones, desde la entrada se accede a través de una amplia escalera al restaurante que dispone de varios reservados, las paredes y techos están decorados con pinturas al fresco.

Nosotros optamos por reservar en el bristot con un ambiente más desenfadado, disponen de un menú de fin de semana de 25 € con 13 entrantes y otros tantos platos principales en ambos casos algunos con suplemento, incluye agua y vino. Mesas de madera con manteles individuales, cristaleria de calidad suficiente. El restaurante del primer piso tiene los mismos platos y algunos más pero solo tienen servicio a la carta y actualmente ya que es temporada tiene algún plato que incorpora la trufa.

De entrada pedimos

- Ensalada de queso de cabra caramelizado y jamón de pato, buena y muy completa.

- Foie micuit con mermelada de higo, bueno, este plato tiene un suplemento de 3 €.

Seguimos con

- Salteado de chipirones con cebolla y habitas, bueno.

- Conejo guisado con chocolate. Bueno

Postre

- Borracho con crema catalana.

- Granizado de mojito.

Pedimos el vino blanco que incluía el menú, nos sirvieron Bach viña extrísima 2018 un vino que hacia muchísimos años que no habia bebido, acompañó bien todos los platos, se conservó bien fresco en la camisa enfriadora

Terminamos con dos cafés.

Servicio agradable y diligente.

Un restaurante al que volveremos y que sin dudarlo recomiendo.