Buen esmorzar

Local ubicado en un gran polígono industrial y que se hace referencia para el servicio de almuerzos y para el servicio de comida, a menú, a medio día, del que existen varias opciones desde 9€. En un amplio chaflán, de fácil aparcamiento, con algunas pocas mesas de terraza para fumadores, y un interior enorme con una barra amplia delante de las brasas (recordar que es un asador) y con una oferta enorme para el relleno de bocadillos (o platos en pocos casos) a lo cual se afanan las muchas camareras que dan servicio a la rápida y pequeña cola que se forma para elegir in situ lo que serán las viandas.

Las mesas son amplias, de madera, algo juntas porque la necesidad de espacio para tanto cliente lo exige, sin mantel, con copas aceptables (¡asombroso!), sillas variadas y en general cómodas. El servicio de sala llevado en exclusiva por camareras es rápido y eficaz, incluso haciendo que algunas mesas doblen servicio; también son las encargadas de traer las bebidas y luego los cafés, asi como la lipieza entre turnos de comida. Efectividad máxima.

Cuatro para almorzar (el grupo crece) y difrutar. Por supuesto que hay cacahuetes sobre la mesa y las aceitunas con algún variante; se trajo vino, gaseosa y una cerveza, bebidas que como los cafés (y aquí también los cremaets) estan incluidas en el llamado "almuerzo popular".

El pan es muy bueno, crujiente, ancho, con opción de medio (media barra) y entero (3/4 de barra). Los bocadillos, con un relleno correcto (algunos más que otros), los trajimos en mano:

. medio de carne de caballo con ajitos tiernos: referido como muy bueno.

. entero de revuelto con sobrasada, alioli y blanco y negro: muy completo y sabroso. Con esos ingredientes es imposible fallar.

. entero de embutido con patatas a lo pobre: referido como bueno.

. entero de blanco y negro con habitas y alioli: un par de piezas a la brasa de cada, de buena calidad y tamaño, bien hechas las habitas aunque algo frías y una ligera capa de alioli en la base del pan. Muy bien.

Por supuesto el remate de los 4 consabidos cremaets, con el fallo de no incluir el azúcar con el alcohol antes de quemarlo. Repetimos un cremaet, un café solo y dos chupitos de destilados, mientras disfrutábamos de una larga sobremesa que enlazaba los que ya se habían ido de almorzar y la preparación de las mesas y el salon para esperar a los de la comida. Un no parar.