Satisfactorio

Cena con velitas para dos... que decía Sabina. Un ambiente extraordinario, para quien le guste comer entre romeros, flores y pinos, rocas alrededor y en frente las murallas del castillo romano de Sagunto, a tiro de piedra, con la mano y sin lanzar fuerte. Siendo de noche, todavía más romántico. La terraza está alejada del restaurante, lo cual le da todavía mejor sensación. El servicio, sin embargo, era atento y razonablemente rápido, muy amable y muy correcto, eso sí. Carta de comida discreta, platos bien ejecutados, sin alardes, pero sin vulgaridad, de buena calidad. Carta de vinos discreta. Aparataje bueno en general. No recuerdo bien lo que cenamos, pero recuerdo una ensalada de buen nivel, un buen magret de pato y un decente bacalao, todo preparado, presentado y servido con mimo para la comida y respeto para el comensal. Para beber, un Dominio de la Vega Reserva, bien de precio y compañero acertado para toda la cena. En resumen, muy satisfactorio. Calidad precio buena. No es recomendable, eso sí, la cena dentro del restaurante, que no guarda ninguna relación con el exterior, en el peor de los sentidos.