Probando Sukiyaki

Bun Sichi es un restaurante japonés donde, menús aparte, se puede degustar Sukiyaki, un plato que se cocina en una olla con salsa de soja en un hornillo en la misma mesa. El local no es muy grande aunque sí acogedor y el chef es japonés. La mesa (de 4) es necesaria para este plato que lleva bastante parafernalia. 

De beber pedimos una botella de agua de medio litro (2 eur) y una de vino tinto (14 eur). Opciones de vino por copas y no mucha oferta, lo normal en un japonés. Copas aceptables y temperatura bastante correcta. Para empezar probamos unos niguiris (calamar, dos tipos de atún, salmón y langostino (11.50 eur). Muy bien elaborado la verdad. Mi amigo también pidió arroz blanco (3 eur) para acompañar el plato principal.

La a veces llamada "olla japonesa" se elabora cociendo varios ingredientes: setas shiitake, otro tipo de setas, col china, tofu, verduras y carne de ternera cortada a trocitos servida en sendos platos planos. El camarero prepara y ajusta el fuego y arroja los ingredientes a la olla excepto la carne y los fideos yakisoba que se toman al final. También hay dos huevos crudos para el que lo quiera. En conjunto, es todo un ritual y se cotiza a 24 eur por persona. 

Hay que decir que la carne está muy buena, se nota de calidad. También las setas mientras que el resto acompaña bien. La carne hay que cocerla un par de minutos o tres para que esté bien. La cantidad de la ración es bastante correcta. Al final tiramos los huevos vaciados antes en un bol para que se hicieran tipo poché  y al poco los fideos gruesos que se toman el en bol junto con el huevo. He de decir que no es el tipo de comida que me va más ya que no soy mucho de caldos pero reconozco que era de calidad.

Acabamos con sorbete de yuzu de postre (5 eur). No me convenció mucho, sabía más a limón que a otra cosa. En conjunto fue una buena comida pero el precio de casi 45 eur por barba hace que no sea algo para hacer a menudo. Hay que hacer notar que es un sitio muy auténtico que además está en una calle muy tranquila al ser peatonal, lejos del mundanal ruido.