Tras Les Bairetes de Chiva (de las mejores paellas fuera de la ciudad para llevar a casa) los amigos Pablo Margós y José Luis Guaita hacen la reforma y actualización del clásico Trinquet de Pelayo (especial dedicación a las brasas). Ahora ha venido en este verano Vaqueta (con Sushi como propuesta extra) cuyo nombre no viene del famoso caracol (1€ la pieza) si no que tiene que ver con la pelota valenciana, aunque no falta en la decoración la presencia del caracol.

El local, cercano al mercado central, tiene una pequeña entrada con venta de productos gourmet que da acceso a la zona de barra, amplia, propia para cocteles; el espacio físico del comedor es amplio, luminoso, bien decorado, con dos niveles muy similar al formato del Trinquet; las mesas están bien separadas con suficiente amplitud, sin mantel, con copas y cubiertos correctos.

Buen servicio en sala, amable, eficaz, con buenas recomendaciones. Aunque está abierto desde primera hora (9.00 horas), el almuerzo que buscamos no es su fuerte en cuanto a opciones; parece que los alrededores le han comido el terreno y no dedica esfuerzo a competir en esta franja horaria. Para comida y cena tiene una carta variada, con punto fuerte en arroces y la especialidad de sushi, aparte de lo habitual de tapas, carnes y pescados.

Tras fracaso en la intención de almuerzo en lo nuevo de Camarena y Begoña Rodrigo en la zona de mercado de Colón, decidimos probar allí. Por cortesía de la casa unas buenas aceitunas y algún variante, cervezas de barril bien tiradas y bien frías. Tomamos los dos devotos del buen almuerzo:

. compartido un plato de pulpo encebollado, bien hecho y en buena ración.

. bocadillo de media barra de pan con morcilla, chorizo y longaniza al que costó complementar en el pan y como mal menor acabó siendo una cebolla dulce algo pochada. Muy buen pan y buen embutido siendo ganador el chorizo.

. el compañero prefirió plato con una amplia ración de una muy correcta tortilla de patatas (del formato no jugoso) y 3 chorizos hechos a la plancha, muy sabrosos.

. un par de carajillos bien hechos

Poca gente en la amplia sala y mucha salida de platos combinados hacia la terraza exterior. Una pena que no haya muchas opciones para el almuerzo como hace sus compañeros del Trinquet pues el local lo merece.