Un lugar ubicado dentro del mercado de Jerusalem (y por tanto con horario de mercado) y que es imposible de visitar en dias de mercadillo en la calle (martes), pero que los demás días laborables dedica una especial atención a los almuerzos.

El local en forma de L con unas pocas mesas interiores y otras exteriores (aunque bajo el tejado del mercado), una barra no muy amplia, todo lo contrario que su oferta de bocadillos que pasan por los de la casa, que son tres (calamares, pinchos caseros y pollo a la cerveza) más los esperables de tortillas (hasta 5 diferentes) y muchos de producto de cafetería de producto "antigüo" (lleterolas, sangre y cebolla, hígado y cebolla) y además clásicos (embutido, puntilla, jamón a la catalana..); pero si aún así no encuentras el tuyo, no importa, proponlo que van a algún vecino del mercado y te lo compran para preparártelo. Luego añade los complementos que quieras: habas, tomate, ajos tiernos...

Y de remate, su particular café bien decorado y acompañado de su trocito de coca casera. No te puedes resistir a hacerle una foto.

Por nuestra parte compartimos un bocadillo de bacon con patatas fritas a lo pobre más un plato individual (igual para ambos) que incluía tortilla paisana (con pimientos verdes, rojos), sangre con cebolla y complementado con habas fritas más el consiguiente cestillo de pan. Todo ello en buen nivel.

Para beber una Radler y un tercio de cerveza servidos en copas altas heladas. Por su puesto no faltaron los complementos de cacahuetes con corfa y aceitunas con alguna cebollita.