Con motivo de reunión de grupo para cerrar los preparativos para la cita final, se cerró el comedor interior de este local. Se trata de una arrocería que comparte propiedad con la vecina pizzería y también comparte unas pocas mesas en la estrecha acera. En el comedor central con forma de tubo tiene las mesas bien separadas, vestidas con mantel y servilletas de tela; copas cuertería y vajilla básicas.

Bien preparada una mesa en U con un servicio tan exclusivo (el resto del local estaba cerrado) como poco académico; sitio cómodo y con menú pactado aunque la carta habitual es muy amplia con numerosos arroces secos y melosos, también bastantes carnes y pescados y una interminable lista de platos a compartir incluyendo ensaladas; hay también tres menús establecidos para diario.

No vi carta de vinos por estar pactado todo pero disfrutamos unos ricos magnum de Nodus crianza 2015 sin límite, aunque traidos a la mesa ya descorchados y dejados para el autoservicio. También aguas con y singas más las cervezas que se pidieron; tras el postre unos orujos de limón por cortesía; por contra hubo que pagar aparte los "chupitos" que se solicitaron con los cafés e infusiones que sí iban incluidos.

Para cenar compartiendo al centro y con elección del principal entre varias opciones (incluida pizza) y servido en individual:

. jamón ibérico y queso: cumplieron aunque inicialmente el jamón necesitaba aireación.

. ceviche de mar: bien preparado.

. fritura de mar: gambitas rebozadas y fritas. Muy simple y poco sabor.

. ensalada César: correcta sin más; demasiado duro el pan tostado.

. rollitos de berenjena: bien preparado. De lo mejor.

. secreto ibérico con salsa de reducción de PX: carne algo dura con salsa correcta.

. mix de tartas y helado de turrón: aceptable la de queso, prescindible la nata y básico el turrón y el chocolate caliente.

Lo importante era la compañía y ahí estuvo el éxito de la previa. Tendrá conclusión final el mes que viene.