Un clásico local (con lo que ello implica de mesas, sillas, copas, etc..) en el barrio de La Luz, de pequeño tamaño en su interior con una barra con pocas "cazuelas o platos" para elegir qué almorzar. Pero dispone de un amplio chaflán exterior con mesas y sillas bajo árboles, muy disfrutón y todo se hace en el momento, disponiendo de una carta de bocadillos con 47 opciones fijas más algunas "del día", a lo que se añaden las opciones de raciones y tapas por si alguno no es muy de bocadillo; por falta de posibilidades para elegir no va a ser.

Tres para almuerzo tardío y, bocadillo aparte, tomamos un tapa de sepia (pota) con mahonesa y una de ensaladilla rusa; la primera prescindible y la segunda recomendable. Bocadillo para cada uno, curiosamente de formatos de pan distintos siempre en buena calidad y caliente, de buen tamaño y partido en dos para facilitar el comer. Por mi parte, el llamado bocadillo "Ana" que incluye lomo, queso azul, jamón serrano y cebolla frita, todo ello de correcta calidad, bien "plancheado".

Para beber optamos por cervezas de presión y cocacola zero. Un cortado y un buen cremaet como punto final. Costaba levantarse de la silla por el bienestar exterior e interior después de ese placer que es tener todo el tiempo que requiera un buen esmorzaret. Esta vez no pagaba yo, pero los precios de los bocadillos están entre 4,5 y 5€.