El local es agradable aunque mezcla estilos sin acabar de casar: piso
El local es agradable aunque mezcla estilos sin acabar de casar: piso rústico, muebles modernos... Mucha luz (era de noche) y música un poco alta. No hay carta. Menú degustación por 38 €/pax. Platos buenos en general: montadito de tierra y mar, zamburiñas gratinadas, canelón de pollo de corral con virutas de foie y setas (destacable), huevo a baja tempura con sopa de ajo (muy, pero que muy destacable) y caldereta de sepia (sabrósisima pero poco sorprendente para uno de la Marina como yo). Falto un pequeño plato de carne, a mi gusto. El postre, único, nada del otro mundo. Pero en general, muy bueno todo.
El servicio es bastante informal, pero respetuoso, como a mi me gusta. La carta de vinos extensa aunque mal presentada y con muchas existencias agotadas o retiradas. Tomamos dos botellas de Dido entre tres (este vino me encanta) bien de temperatura, decantado...
Total 58 euros/pax, con lo dicho, cervezas y cafés, pero sin copas. Está muy bien, visto lo que se cobra por ahí.