Sábado noche y reserva de El tenedor con descuento del 30% en toda la carta comestible. Una fórmula habitual en restaurantes que acaban de abrir y se quieren hacer un nombre. Cenamos en un pequeño comedor muy tranquilo donde sólo había una mesa de cuatro ocupada aparte de la nuestra. Bastante íntimo, la verdad, ya que la entrada de la calle queda un poco lejos. Manteles de tela y sala con cierto aire elegante. 

Para empezar compartimos unas croquetas de chorizo e Idiázabal y otras de jamón Ibérico (a 1,50 eur/u). Muy ricas las dos, cremosas, nada aceitosas... Muy bien conseguidas. Algo pequeñas pero es que me encantan las croquetas. 

A continuación quizá el mejor plato de la noche: minicanelones de rabo de toro y foie (15 eur aunque en la web de El Tenedor ponía 13,5... de todas maneras con el descuento queda un precio asequible). Riquísimos: melosa la carne (no noté el foie), la pasta en su punto, la salsa sabrosa... para repetir. Estaba coronado por setas deshidratadas que combinaban muy bien. 

Para beber un tinto Ribera de Duero Protos Roble (17 eur). Aquí se vio que han de mejorar con el tema del vino. Las copas eran muy justitas de tamaño y de cristal demasiado grueso para un restaurante de cierta categoría. Tampoco nos lo dieron a probar. Sí que es justo indicar que estaba a la temperatura adecuada y que el precio era el correcto. Acompañó bien la cena. Lo que sí fue algo excesivo pagar 4,75 por una botella de litro de agua sin gas. 

De segundo plato yo escogí civet de ciervo con higos y castañas (18 eur). La ración no muy generosa: parecía que también se había encogido el 30%... La carne tenía la fuerza de la caza pero con la delicadeza de una cocción larga: se desacía al partirla. Algo dulzona pero muy rica, las castañas me sobraban un poco. De todas maneras, un buen plato. Mi compañero tomó Vieritas, cilantro, panceta y cremoso de citronela (18,50 eur). La ración también era algo minimalista. No pude probarla porque el colega dio buena cuenta de ella rápido pero me indicó que no era para echar cohetes.

De postre yo me decidí por una tarta de limón. La foto por desgracia no me salió bien pero comentar que le dieron la forma y el color de la media fruta. Estaba riquísimo, textura de mousse con una salsita cítrica al lado para mojar. De sobresaliente. El amigo tomó (aquí si que me dejó probar...) tatin de melocotón con helado de chocolate al 70%. Bien éste último pero peor el tatin: con textura de gelatina y sabor poco destacable. Acabamos con dos carajillos de Bayleys (2,20 eur cada uno).

Finalmente pagamos casi 40 eur por barba (sin el descuento hubieran sido 10 más) con lo que la relación calidad-precio es discreta. La comida tiene nivel (aunque no todos los platos que probamos). Entiendo que han de ir a más y creo que tienen un menú de laborable muy competitivo. Interesante mirar su carta en la web de El Tenedor.