Buenas tapas a un precio que no "pica"

Víspera de puente y con mi amigo de comilonas nos dirigimos a este famoso local de comida asiática del frecuentado barrio barcelonés de Santa Caterina i el Born. La fama le viene de lo buenas que están sus tapas y de sus precios moderados. Hay que hacer notar que NO admiten reservas: se llega y si no hay mesa libre te apuntan en una pizarra y te dicen el tiempo aproximado que de espera. Llegas a la hora indicada y por regla general no has de esperar mucho más.

El sitio, hay que decir, no es cómodo: mesas muy juntas, todo muy apretado, atestado de gente, ruidoso, mal iluminado, nada romántico... pero tampoco podemos hablar de un lugar hostil o falto de encanto. Es un restaurante (más bien sitio de comida rápida de calidad) al que ir a comer en poco tiempo y marchar tras haber pagado una cuenta muy asequible. Lo que sí me gustó es que has de marcar con un lápiz en un papel la cantidad de tapas de cada que quieres. Dejando aparte que casi no te ves, me pareció muy práctico.

Para empezar tomamos unas berenjenas encurtidas: muy ricas (no recuerdo el precio de las tapas pero rondan los 4-6 euros cada una). Quizá fue el mejor plato de la noche. A continuación un bao (panecillo relleno de carne de cerdo) que me pareció algo insípido de sabor. 

Regamos todo esto con unas "copas" (en realidad vasos de zurito) de vino, a 2.60 euros cada una. El vino no era malo pero servido así (tampoco era barato-barato) no me convenció nada aunque entiendo que no es lugar para una copa mínimamente decente. Hay que hacer notar que están especializados en cervezas, sobretodo artesanas. 

A continuación pedimos tres tipos de dumplings, que son las famosas empanadillas orientales rellenas (algunas de ternera, otras de cerdo). Muy sabrosas todas, algunas con algo de caldo dentro. Es un tipo de comida que reconforta, sobretodo en noches frías. Repetimos de alguna de ellas. 

De postre, unas trufas (4, a 4.50 eur), que fueron lo peor de la cena: no eran nada destacadas (servidas eso sí en una cajita muy mona...) y el precio excesivo por la cantidad.

Pagamos los dos algo más de 53 euros, lo que puede parecer caro, pero hay que notar que tomamos dos vinos cada uno y que acabamos muy, muy llenos (quizá sobraron 2 tapas y el postre). Comiendo una cantidad razonable y sin repetir vino la cuenta no suele sobrepasar los 16-18 euros por persona, lo que está muy bien para una cena en el centro de Barcelona. 

En resumen, un local algo incómodo pero con comida buena, sana y económica. Las colas que hay cada día no engañan. 

  • Dumplings

    Dumplings

  • Bao

    Bao

  • Berenjenas encurtidas

    Berenjenas encurtidas

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