En los bajos de un edificio de apartamentos, sobre la Cala Lanuza, abrió hace 15 años un modesto bar de playa una familia inglesa. Hace 5 ó 6 años lo cogió en traspaso Alain, un belga afincado en Alicante hace largo tiempo. Cambió la decoración, y puso buenos y cómodos muebles de terraza, donde se disfruta de una deliciosa vista sobre el mar. Alain ofrece muy buenas croquetas, ensaladas, lasañas e incluso arroces, sin grandes pretensiones y precios muy económicos. Botellas de buen blanco verdejo a 10 euros. Pero donde Alain lo borda, como buen belga, es con las cazuelas de mejillones (10 euros). Picadillo abundante de apio, zanahoria y cebolla, vino blanco, nata y pimienta. Hay que encargar los mejillones con antelación...
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