Restaurante Café Madrid en Valencia
Restaurante Café Madrid
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
42,44 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
42 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Café Madrid
OPINIONES
2

Reserva para comer a medio día después de la mascletá y los aperitivos consiguientes, insistiendo en la mesa del fonfo del estrecho comedor que queda en el ángulo con vistas laterales a la entrada del palacio del Marqués de Dos Aguas, además de tener una buena entrada de luz natural. Al ser cinco comensales, queda perfecta y la amable (y valenciano parlante) jefa de sala nos la guardó.

Local ya descrito sin cambios destacables. En la carta destacar las varias opciones de preparación de ostras y tartares, así como a los postres caseros del que teníamos pendiente ese "agua de Valencia". Para comer y compartiendo todo al centro:

. ostras: 2 naturales, y el resto de las peticiones: escabechada, bloody Mary, braseada. Cada una tan buena como diferente. Alguna hay que probar.

. ensaladilla rusa Kaymus: una especialidad de prouducto bien hecho con el toque propio de las gambas que aporta frescura y calidad. Imprescindible conocer.

. dim-sum (x5) de langostinos y papada: un bocado todo sabor. Recomendable.

. ceviche de corvina con leche de mango: desestructurado, pasado de vinagre y acidez, con una cebolla morada imposible por su fuerza. El pescado fuera de ese contexto, correcto.

. ensalada de queso parmiggiano y calabacín locheados con frutos secos: poca apariencia de ensalada pero muy bien laminado el calabacín y muy bien aliñada.

. nuestro steak tartare: presentado con aire de hamburguesa, muy bien de sabor y con un par de mostazas aparte para intensificar el picante al gusto. Muy bueno.

. rossejat de fideo con marisco x 3: servido en dos paellas (1+2) con buen punto de cocción, amplia ración, correcto de tropezones más las gambas (2 pp) puestas a decorar encima.

. fruta variada (piña, melón, fresa, kiwi: amplia ración, pelada y cortada. Cumple.

. tiramisú blanco con licor de amaretto: buen fondo de café, algo de chocolate balnco por encima. No lo cambio por el original.

. agua de Valencia (postre): una sopa de base que consiste en una crema de naranja con su punto de licor y helado de mandarina, decorada con una rodaja de naranja seca. A conocer.

Invitación de la casa a unos chupitos de agua de Valencia para remover recuerdos. Resaltar que tras la petición de los postres vuelven para decirnos que hay invitación de chupitos de agua de Valencia, por lo que retiramos dos postres de agua de Valencia y los cambiamos por un tiramisú blanco que no habíamos pedido.

Para beber: la habitual coca-cola,  hasta cuatro de agua con gas Perrier y un par de Evian sin gas. De vino un desconocido Ourive 2017, buen godello, de una amplia carta con notable presencia de vinos generosos e internacionales.

Unos buenos cafés finales y un poleo para una pequeña sobremesa que nos permiten ver el éxito de la planta baja, la coctelería, en la tarde valenciana fallera. Un revival de hace más de 50 años en nuevo concepto sin renunciar a la esencia. Éxito.

El mítico Café Madrid, el del "agua de Valencia", renace cual Ave Fénix y abre como restaurante adscrito a un nuevo hotel de nivel en Valencia (hotel Marqués House) muy cercano al Palacio del Marqués de Dos Aguas, en pleno centro de la ciudad. Y abre de la experta mano de Nacho Romero (Kaimus) que entra con un local que se mete de lleno en los puntos gastronómicos más pujantes de crecimiento: relación con un hotel de alto nivel y sus clientes alojados, buscando también clientes de turista en la ciudad con inquietudes gastronómicas (sin llegar a estrella Michelín) y que mayoritariamente están por la zona centro, ofreciendo además platos diferentes y que siempre encontrarás algo que te gusta: ostras, tartares, carpaccios, croquetas, ceviches, algún asiático, paella, hamburguesa, chuletón, bacalao y hasta platos veganos.

La sala ubicada en el piso superior con ventanas a la calle muy bien decoradas, con mesas de diferentes formas y unas de madera y otras imitadoras de mármol, sillas dispares de tamaños y colores, sin mantel (estilo Noma) dando una atmósfera agradable de elegancia cercana. El servicio en la restauración está con funciones muy marcadas y le quita practicidad; sala bien llevada por Sara en las comandas con savoir faire y elegante cercanía que contrasta con la excesiva familiaridad y tuteo que transmiten otros y que no casa con un ambiente de sala que apunta más a la elegancia del hotel.

La carta de vinos también es interesante y, como en la comida, pocas opciones de cada una pero hay de casi todo incluidas algunas sorprendentes para elegir entre 4 cavas, 15 blancos y otros tantos tintos, sin olvidar unos cuantos blancos y unos pocos franceses tintos de buena relación calidad/precio; ¿los precios de los vinos? son comedidos, buenas copas y un servicio en sala muy correcto. De entrada fueron unas cervezas y un par de copas de manzanilla pasada en rama Maruja y unas aguas sin gas grandes; gratísima sorpresa en un blanco Llanos Negros Los Tabaqueros Pie franco 2006 un canario mutivarietal excelente. Rematamos con un Pago de Tharsys Rosé 2015.

Para comer pedimos los 6 compartir al centro:

. ostra solo quedaban 3 ¿? y eso que hay hasta 8 opciones; así que alguno se quedó sin opción; fueron una natural, otra a la brasa y la mía con bloody mary muy interesante. Recomendable.

. dim sum (1 p.p.) de langostinos y papada: muy bien elaborado y presentado. Recomendable.

. carpaccio de manitas de cerdo con cigala: tan delicado en presencia como sabroso

. delicia de ajoarriero con crema de all-i-pebre (1 p.p.): con una base de una jugosa hoja de cebolla. Mejor otras opciones.

. ensaladilla Kaymus x 2: un clásico del chef con su toque personal: gambas, bien cortada y bien presentada. No falla.

. chuletón de vaca vieja (1 kg) x 2: bien hecha (menos del punto), troceada, jugosa y sabrosa; acompañan  de forma testimonial unas patatitas cocidas y pimientos de Padrón demasiado poco hechos. Buena opción.

. fruta natural cortada y pelada x 2: bien de variedad de fruta madura

. horchata con fartons: helado de horchata y unos mini fartons horneados al momento aunque algo secos

. tarta fina de manzana con helado de vainilla: no la probé pero buena apariencia.

Unos buenos cafés finales servidos en unas sorprendentes tazas de desayuno para algo más que capucchinos. No hubo ni aperitivo ni petits fours por cortesía de la casa. Destacable la cesta de pan con un par de opciones de loncheados de buen nivel. Se nota falta de ritmo en el servicio de platos desde cocina, aún teniendo en cuenta que el local estaba bastante lleno, sensación de estar en pretemporada. Buenas presentaciones en general que merecerían más cambio de platos (no hay que preguntar al cliente: si está sucio de los entrantes y viene carne, ¡hay que cambiarlo!).

No catamos pero es un palo fuerte del local el tema de coctelería de la planta baja con una destacable barra y un ambiente de copas interesantes sobre todo para la noche; lástima tener que trabajar por la tarde porque hubiera sido muy interesante. Se me olvidó pedir una "agua de Valencia" que figura como opción de postre; ya hay motivo de volver.

 

 

 

 

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