Pheasant's Tears es, que yo sepa, la bodega georgiana más conocida en el mundo occidental y con la cual, muchos como yo, probamos nuestros primeros vinos georgianos.

Entre otras cosas, posee un bonito restaurante en la bella localidad de Signaghi, en Kakheti (Kajetia), la región más afamada de vinos en el país caucásico.

El restaurante está situado en un patio, con parte interior y exterior. La exterior parece muy agradable, pero por la noche en octubre refresca. La sala interior es muy hogareña, y de estilo muy de bistrot francés, con posters de vino natural, botellas llenas y vacías de todo origen (pero mayoritariamente de los productores BIO top franceses que todos conocemos), posters, chimeneas, mesas de madera maciza, etc.

La carta está basada en recetas locales, con énfasis en las verduras de agricultura ecológica. Todo lo que probamos estaba muy rico, aunque no recuerdo exactamente: una sopa agria que estaba muy rica y que al ser dos tuvieron la deferencia de repartirnos en dos platos para que probamos, un plato de berenjenas tipo pisto o caponata, un guiso de ternera con verduras, y algo más pero no recuerdo.

Pero aquí lo principal es el vino. Carta no muy amplia pero con muchas joyitas. Protagonistas los ricos vinos de la bodega, todos elaborados en ánfora y de manera "natural". También tenemos varias botellas de distintos orígenes: España, Francia, Italia... todos vinos con la misma filosofía. La carta, como en otros sitios de vinos en este país se divide en blancos, tintos y naranjas!

Nosotros bebimos un espectacular blanco (naranja), Mtsvane Kakheti 2012, que estaba excelente y que contradice a aquellos que piensan que estos vinos (sin sulfuroso, elaborados con maceración de las pieles, en ánfora) no pueden soportar el paso del tiempo. Una botella que nos salió por algo más de 20 euros. Posteriormente bebimos un Poliphonia 2017, un tinto que según reza la etiqueta está elaborado con 417 variedades distintas mezcladas en el viñedo y que está muy bueno, aunque ya lo probé en Londres a principos de año. También un EXTRAORDINARIO rosado, también en ánfora, un gradioso Takverí Rosé 2015 que para que os hagáis una idea, y si se puede hacer la comparación, es como un Viña Tondonia Rosado, pero en ánfora y natural. Superlativo. Las copas sí salen más caras, en torno a 4 o 6 euros, pero van bien de nivel de llenado.

El servicio es muy atento, con muy buen inglés (como en casi toda Georgia, por otra parte).

Los precios algo por encima de la media georgiana, pero nada caros, y es un sitio que hay que visitar.

Un lugar para disfrutar si te gusta esto.

P.D. Perdón por el revanchismo, pero hace años tuve una "discusión" aquí en verema con alguien que afirmaba que los blancos no tenían taninos. Le rogaría que visitara Georgia ;)