Un lugar donde se comia muy bien.
El chef, Francesc Mandulei ha dejado el restaurante a su socio y se ha marchado a Vielha (vall d'Aran) donde ha abierto su actual restaurante, Er estranger.
Sigue abierto, pero con Mandu el alma de Sant Antoni Gloriós, se ha ido.

Nueva visita a esta taberna del barrio de Sant Antoni de Barcelona, casi un año y medio después de la primera, en  julio del 2018.

Fuimos a tomar unas tapas al mediodía. Como llegamos pronto, a eso de las 13h00,  pudimos escoger la mesa, o mejor el tonel, alrededor del que nos sentamos para primeramente tomar unos buenos vermuts de la casa con unas olivas y a continuacion degustar lo que sigue:

Braves d'en Mandu (2) Brabas de Mandu . Mismas sensaciones que la ultima vez : Patatas nuevas, bien doradas, tiernísimas, deliciosas, acompañadas por encima con dos salsas, una blanca (alioli ligero) y una roja, una especie de sofrito con mucha alegría, con mucho rock and roll.  Solo por estas bravas la bodega merece la visita. Según El Comidista y Edu Gonzalez, un experto en bravas, éstas formarían parte del top 5 de Barcelona y estarían entre las mejores de España.

Mongetes amb gambes. Judias del ganxet con gambas. Buenas legumbres bien cocinadas. Las gambas, fresquísimas, en su punto perfecto de cocción. Buen guiso.

Mandonguilles ibèriques, albondigas de ibèrico. Otro plato clásico de la bodega. Muy buenas.

Acompañamos los platillos con un buen pan con tomate.

Para beber tomamos 2 cañas y una copa de cerveza Alhambra de barril.

Finalizamos con 3 buenos cafés.

La cuenta ascendió a 15,36 €/persona. Muy buena RCP. Cuando nos marchamos en el local no cabía ni una mosca, se llenó hasta los topes. Seguramente cuando tengamos la oportunidad de volver a Barcelona los visitaremos de nuevo aunque solo sea para tomar unas bravas. Imprescindible para los amantes de las patatas asi preparadas.

Un tour rápido por el barri de Sant Antoni con visita obligada al mercado para hacer alguna compra de capricho para una cena que teníamos en casa de unos amigos, preveyendo que la cena podia ser pantagruélica optamos por acercarnos al Sant Antoni Gloriós para comer unas tapas, esta vez sí hubo suerte y a pesar de ser pleno agosto estaba abierto, nos acomodamos en el interior del local donde el aire acondicionado hacia la estancia muy agradable, nos sentados en mesa alta fabricada a partir de dos barriles de cerveza superpuestos como todas las demás mesas el camarero nos atendió rápidamente, pedimos como no sus famosas patatas bravas muy buenas y con este buen ritmo musical del que otros foreros hablan, compartimos también su no menos afamada ensaladilla rusa con este puntito de ajo que añade a la espesa salsa mahonesa y unas soberbias albóndigas de carne de cerdo ibérico.

Acompañamos las tapas con tres copas de cerveza Alhambra de barril muy fresca y bien tirada.

Sin lugar a dudas uno de los mejores "baretos" del rejuvenecido barri de Sant Antoni donde la oferta gastronómica ha crecido exponencialmente en los últimos años.

Tras llegar a Barcelona en el AVE y dejar la maleta en el hotel, lo primero que hicimos, vista la hora tardia (14h30)  para nuestros horarios habituales en Francia, fue dirigirnos a tomar unas tapas en una bodega cercana al hotel, de la que habíamos leído buenas cosas y que además se encontraba muy cerca del Mercat de Sant Antoni, uno de los mercados mas emblemáticos de la ciudad condal creado en 1882 por Antoni Rovira i Trias y recientemente reformado y cuya visita estaba inscrita en nuestro periplo barcelonés.

La bodega Sant Antoni Gloriós está situada donde antes estaba el restaurante Bohémic, que por cierto debería ser dado de baja en Verema, pues ya no existe desde hace mas de un año. Tiempo que ha sido necesario para que su propietario y chef Francesc Gimeno Manduley abriese en el mismo sitio como ave fénix este nuevo local. Según ciertos comentarios de la prensa gastronómica, mas desenfadado que el anterior, que no tuve la ocasión de conocer y con ciertas influencias asiáticas en algunos de sus platillos.

Nos situamos en la terraza cubierta en la calle, en una mesa alta con taburetes, desde donde divisábamos la entrada y el interior de la bodega

Tomamos :

Patatas Bravas , patatas nuevas, bien doradas, tiernísimas, deliciosas, acompañadas por encima con dos salsas, una blanca (alioli ligero) y una roja, una especie de sofrito con mucha alegría, con mucho rock and roll, como diría un buen compañero de Verema que se reconocerá. No soy un experto en bravas, pero si que puedo decir que son de las mejores que he probado y que solo por ellas la bodega merece la visita. Ambos estuvimos totalmente de acuerdo en la excelencia de esas bravas.

Seguimos con :

Cigrons amb gambes . Garbanzos con gambas. Buenos garbanzos y bien cocinados. Las gambas, fresquísimas, en su punto perfecto de cocción, aunque muy escasas y el conjunto nos pareció algo falto de alegría, tal vez porque tomamos este platillo después de las bravas. Mezclado con un poco de salsa sobrante de las patatas ganaba muchos puntos.

El pan que tomamos, de vidre, con tomate, fue muy bueno. Para beber tomamos dos copas de cerveza de barril Alhambra.

Finalizamos con dos cafés.

La cuenta ascendió a 12,85 €/persona. Muy buena RCP. Bodega a la que seguramente volveremos con mas tiempo para poder degustar los platos de la carta, que tienen muy buena pinta. Es muy interesante la lectura de la oración de la estampa de Sant Antoni Gloriós que te ofrecen con la cuenta, que refleja muy bien el espíritu festivo del local.

Imprescindible para los amantes de las patatas bravas.