El restaurante Takatak, está situado junto al Hotel Tryp Orly, que es donde estuvimos alojados durante nuestra estancia en Donostia, y muy cerca del Paseo de la Kontxa.

El miércoles 04 de abril, dada la proximidad, decidimos pues ir a cenar a este nuevo restaurante, que se inauguró  el verano pasado y que según ciertos comentarios o, mejor tal vez llamémoslos publicidad camuflada, aparecidos en la prensa y en Internet, lo presentaban como un restaurante innovador y diferente que iba a revolucionar la cocina en Donostia, un gastrobar de cocina de autor.

Al frente de los fogones está el chef ruso Dimitri Modestov, que según figura en su publicidad escrita ha colaborado con grandes Chefs de Cataluña y Euskadi. Debo decir sinceramente que no lo noté en el plato.

El restaurante es bastante grande, está bien diseñado, es moderno, acogedor; luminoso... y está rodeado de cristaleras con vistas a la calle, tiene una parte de la cocina a la vista con una barra para 5 o 6 comensales. Hay una salita adyacente para tomar cócteles, que según la publicidad es una de las especialidades del restaurante añadiendo que estos están diseñados por Manel Vehi barman de Boia Nit de Cadaqués. Llegamos pues al restaurante con media hora de antelación con la idea de tomar un buen coctel antes de cenar.  Una vez aposentados en la salita y tras una larga espera, nos comunican al pedir la carta de cóctels que los únicos combinados que hacen actualmente son Cuba libres y Gin tonics . Primera decepción. Segun he leído el  año pasado estuvo en servicio.

La sala estaba casi vacía, solamente había una mesa con dos comensales. En la cocina a la vista estaba únicamente el chef y un ayudante, que empezaba ese dia, y en" l'arrière cuisine" otra persona mas. Menos mal que el restaurante estaba casi vacío. Las mesas están muy bien separadas las unas de las otras, desnudas con sets de mesa individuales, la vajilla y los cubiertos son modernos y las copas están a la altura. El servicio de sala esta dirigido por la esposa del chef, que a nuestra llegada nos acompañó a nuestra mesa y a modo de presentación nos recitó el CV de su marido. El servicio lo llevó a cabo una camarera, muy simpática y agradable, que hizo lo que pudo para que nos sintiésemos a gusto. El servicio del vino,  a cargo de la misma persona fue inexistente, a pesar de que uno de los leitmotivs del gastrobar es la calidad, la diversidad y el servicio de sus vinos ecológicos. Se limitó a desenroscar la botella (tapón de rosca) y ponerla en un enfriador. La carta me pareció interesante aunque algo subida de precio, con muchos vinos para mi totalmente desconocidos y con nadie para darme la información necesaria.

Proponen un menú a 45 € y la carta, cortísima,  prácticamente con los mismos platos ofrecidos en el menú. Optamos por cenar a la carta.

Como entrantes tomamos :

Pintxo de Ensaladilla Rusa Con codorniz y mucha mucha mahonesa, mucho huevo y huevas de pescado. Sin interés

Carpaccio de salmón con salsa ponzu   Para mi no era un carpaccio de salmón, sino un marinado, este bañaba en la salsa y además el pescado estaba cortado muy grueso. Plato sin ninguna complicación. Bueno, sin mas. (La foto publicada, proviene del sitio web del restaurante, ya que la mía no ha sido aprovechable)

Como principal, ambos tomamos el mismo plato :

Mar y montaña Guiso de alubias con trocitos de salchichas y un chipirón en el centro. Buenos productos y buen punto de cocción, tal vez le faltó un poco de alegría. Fue lo mejor de la cena.

Solo nos sirvieron una mini rebanada de pan (anunciado como de masa madre) a cada uno (3€). Me pareció bueno pero dado el tamaño no tuve tiempo de apreciarlo.

No tomamos postre, pues ese día en la carta solo habían helados y no era lo que nos apetecía.

Para beber  tomamos un riesling aleman Fritz Haag 2016 Riesling Trocken. Bodega Fritz Haag (Mosel) Cepajes 100% Riesling. vendimiado manualmente. Vino ligero, afrutado, mineral, fresco y elegante. Nos gustó.

Finalizamos con dos cafés.

La cuenta ascendió a 47 €/persona. RCP correcta sin mas. Cocina sin sorpresas, platos de sencilla elaboración que puedes tomar en cualquier restaurante, no era lo que me esperaba,  para mi la cocina no corresponde al CV anunciado por el Chef, o si no, es que no escogí bien el día.... Aparentemente tienen una buena carta de vinos naturales poco conocidos, pero como no soy un experto no puedo juzgarla, si puedo sin embargo decir que no existe ningún servicio del vino ni ninguna información. No volveremos, en Donostia existen multitud de restaurantes que me parecen mucho mas interesantes que éste. Con la experiencia vivida no puedo recomendarlo.