Cena 2 pax.

Fecha visita: 06/01/2018

Comida 9.

Rcp: 7

Servicio: 7

Entorno: 8

Servicio del vino: 6,5

Lo mejor: La oreja de cerdo y la langosta.

Lo peor: Ningún plato especialmente flojo. Se podría reprochar la recurrencia del mismo ingrediente en varios platos (tobiko, anguila….) y el exceso de ingredientes en algún plato, que puede llegar a confundir.

Nueva ubicación del restaurante en el barrio de Chamberí. Sala seria y restaurante bonito en general, se agradecería un poco más de espacio entre las mesas de dos personas para evitar la conversación de la mesa contigua en el caso de que éstos hablen en un tono demasiado invasivo. Servicio amable, quizá demasiado confianzudo y con un poco de “cuento” relatando los platos. Sin carta, dos menús de 55 y 65 euros cada uno. Platos muy originales y sabrosos, con multitud de ingredientes, las salsas para rebañar y rebañar, incluso nos suministraron una cuchara para ello en alguna ocasión. Muy buenos y originales cócteles para comenzar. La carta de vinos correcta, aunque debería tener una mayor variedad de blancos y espumosos, sin embargo el riesling de Burklin Wolf elegido, a 27 euros la botella maridaba magníficamente con este tipo de comida. También tenían un par de gewustraminer interesantes, pero esa uva no me acaba de convencer. Es cierto que el restaurante pierde la originalidad del espacio inicial y por supuesto el precio, pero gana en comodidad y elegancia y se nota que el bueno de Julio se encuentra más cómodo para desplegar su creatividad de una manera mucho más efectiva, aunque también más efectista. Una cuestión a tener en cuenta es que la mayoría de los platos tienen algo de picante, pero no excesivo y no ocasionaron una digestión pesada. Insistieron los camareros en que el menú cambia cada pocos días, según se le vayan ocurriendo ideas a Julio, no sé si será del todo cierto, pero seguro que comentando que se ha visitado recientemente, Julio prepara platos muy distintos sobre la marcha, como ya hacía en el Soy Kitchen original. En definitiva, de las mejores experiencias de gastronomía oriental en Madrid, para repetir seguro, aunque algo caro. Empezamos muy bien el año 2018.