Un local a orilla de playa que arranca con Quique Barela (ex Q de Barela) en cocina y con una planta baja dedicada a tapas. arroces para competir con locales cercanos más consolidados, y un futuro primer piso que será la parte de restaurante gastronómico donde mejor se expresará la parte creativa. Tiene una parte de terraza que hará furor en muchos meses del año. Se localiza fácilmente pues destaca la torreta del edificio antiguo en la frontera de la playa de la Patacona con Valencia.

La carta de comidas con muchas entradas clásicas de la cocina valenciana, 6 opciones de arroces (13-15€) más fideuá, 8 opciones de segundos incluido suquet de peix, más 4 postres (5€); no muy amplia pero competitiva. Carta de vinos bastante más amplia de lo esperado en un local de playa y supongo que se ampliará cuando el local de más nivel.

En esta ocasión y a menú veremero pactado nos ubicaron en la zona alta, en mesa imperial para acoger a los, creo, 26 sobrevivientes del Encuentro Verema 2018. Muy cómodos y con un buen servicio en sala con rapidez entre platos.

Mientras llegamos unas cervezas para compensar el vino de los últimos dias. Posteriormente bebimos Silva Daponte (buen godello), Xafrá, Maduresa 2011, y terminamos brindando con cava Caprasia.

Entrantes compartidos al tresbolillo y con buenas presentaciones:

. ensalada de encurtidos con sardina frita que aderezamos con un suave aceite Fos: buenos elementos y sorprende agradablemente la sardina

. ensaladilla rusa: muy buena de sabor, con textura muy triturada y con buena salsa de mahonesa que traba el conjunto.

. croqueta de puchero: bien de sabor, servida al plato.

. fritura de pescado: con boquerones, mosquitos y salmonetes: muy bien de rebozado y fritura.

Principales a compartir:

. arroz con pollo, alcachofas (pocas) y setas (bastantes): buen punto de cocción, bien de sabor y una carne más sabrosa de lo esperado

. paella de galeras: el arroz quedó algo blando y demasiado enfriado.

Postre:

. coca de llanda con crema de naranja y helado de yogur: muy esponjosa la coca, poca presencia de naranja y bien complementada por el helado. Pide más y eso es positivo en un postre.

Unos buenos cafés y tertulia con compañeros de fatigas venidos de fuera donde comentamos circunstancias del Encuentro y hasta del futuro del mundo. Salimos con propina, a 45€ porque seguimos con nivel alto de ingesta de vinos.