Después de efectuar la compra de vinos, cavas y destilados para las fiestas que se aproximan en una gran tienda especializada de Palafrugell nos acercamos a la bella población de Palamós donde el día anterior habíamos reservado mesa en este restaurante del que guardabamos un buen recuerdo.
Repetimos el mismo menú de la última vez que estuvimos, berberechos de buen tamaño, navajas y boquerones y un muy buen arroz muy gustoso con sepionas y con medio buey de mar, una gamba y una cigala por cabeza, evidentemente congeladas pero de calidad, repetimos hasta dejar totalmente limpia la cazuela, nos resarcimos del último arroz que comimos en Tarragona.
Vino blanco Dinarells de la D.O. Empordà joven y fresco cuyo único inconveniente es el precio de venta, que multiplica por cinco el precio de bodega.
Postres un buen coulant y helado de vainilla, postres caseros
Dos cafés invitación de la casa
Servicio eficiente y agradable
Pequeño restaurante situado en un lateral de la plaza que se utiliza como aparcamiento y que da acceso al casco viejo de la población y que casi siempre cuelga el cartel de completo, reservamos el viernes la última mesa que quedaba para el servicio de mediodía del sábado.
Nos ubicaron en una de las mesas situadas en la terraza cubierta, buena manteleria y servilletas de color blanco nuclear, copas mejorables, servicio joven capitaneado por la propietaria del local, muy atenta y simpática y que nos ofreció la carta que dispone de cinco tipos de menús cerrados.
Optamos por el "menú del arrós" (35 €) consistente en un pica pica de berberechos al vapor, navajas a la plancha y pescadito frito, en este caso fueron boquerones y cazuela de arroz con seiponas y buey de mar, si los entrantes estaban buenos el arroz estaba superior, con su justo punto de cocción, potente de sabor acompañado con mejillones y cigalas y medio buey de mar, trajeron tenaza y tenedores de marisco, el arroz nos fué presentado en la cazuela y servido en una mesa auxiliar dejando la misma en la mesa para poder repetir.
Un gran vino Edith, monovarietal de garnatxa roja y pasado por barrica de la D.O. Empordà de una pequeña bodega, Cellers d'En Guilla servido a muy buena temperatura fué el complemento perfecto para esta cazuela de arroz.
Postres incluidos en el precio del menú, tomamos un helado de vainilla y coulant de avellanas hechos en casa.
Dos cafés.
Sin duda uno de los restaurantes a tener en la agenda y para ir repitiendo.