Gran fish&chips y otros

Restaurante de pescado y marisco, que sale en alguna lista como uno de los mejores fish&chips de la capital británica. Tienen dos locales, uno en el Soho (de este que escribo) y otro en Fitzrovia.

Es un local pequeño, decorado modernamente, con una larga barra donde ves lo que cocinan y un pequeño cuartito con tres o cuatro mesas.

Nada más sentarte te preguntan si el agua con gas o sin ella, ambas sin coste. Buen detalle.

Tienen unos cuantos entrantes, varios platos pequeños y dos platos más grandes, así como alguno fuera de carta. Además ostras de varios orígenes.

Nuestra elección:

Col kale en tempura con anchoas y mayonesa de anchoas. Muy buena tempura, con el exterior crujiente y el interior más jugoso, además las anchoas y la mayonesa acompañan estupendamente. 6 euros.

Bacalao al grill con cebollitas y chalotas asadas, con crema de cebolla y puerros a la brasa. Perfecto punto del bacalao, acompañado de varios tipos de cebolla, que le dan un contrapunto de sabor. Muy rico. 15 euros.

Eglefino en tempura con patatas. Pescado parecido al bacalao, yo creía que Haddock era abadejo, pero parece que no. Que en España es eglefino o anón. Pues nni idea. Fish&Chips preparado de otra manera, en lugar del clásico rebozado, más grueso, este va en tempura, tipo japonés lo que da como resultado una cobertura muy fina y conservando el interior del pescado perfecto. Patatas buenas. Está bastante rico este plato que da fama al restaurante, pero casi prefiero el plato anterior, que estaba muy bueno. 16 euros.

Para beber tienen una correcta carta de vinos, algunos de ellos por copas, de vinos de distintos lugares, con mayoría de Francia, y con mayoría de blancos, que es lo que le pega a esta cocina marina, solo tienen dos rosados y dos tintos, por tres espumosos y once blancos (incluyendo una garnacha blanca de Terra Alta y un Txakolí). Copas mediocres, pero no sé si tendrán otras. Precios londinenses: la botella más barata es un blanco italiano a 25 libras. Nosotros bebimos cerveza.

En resumen, un restaurante para sacudirse el tópico de la mala comida británica. Ingredientes locales (o eso dicen) preparados según los estándares más comunes hoy en día en los restaurantes de calidad del continente. No es excesivamente caro, teniendo en cuenta del lugar.