Hogareño

Taberna situada entre Chueca y Alonso Martínez, en ese microbarrio que formar la confluencia de calles Barquillo, Argensola, Barbieri y demás.

Local pequeño y mesas juntas, se llena, mucho ruido y bullicio al menos un viernes por la noche. Estética informal y público muy pijo, demasiado. Pero eso es problema mío.

Te sientas en la mesa (si encuentras sitio o has reservado) y el dueño-cocinero se sienta a tu lado, muy vasco (el padre es de Durango, me dijo) y muy casero y te propone platos a comer y te sugiere. A algunas personas les gusta a otras no. A mí me gusta elegir, pero se valora la intimidad. Así que pedimos, más cosas de las que nos gustaría, aunque las raciones no son muy grandes:

Croquetas: mixta de croquetas de berberechos con salsa de nécoras y de queso brie y cabrales. Muy buenas, aunque más originales las primeras. Vienen seis, no recuerdo el precio.

Media ración de borraja y judías verdes sobre una crema de patata con trozos de pollo de corral. Delicioso, comida de la abuela, ahora que está tan de moda. Deliciosa crema, con el gusto del pollo y perfectas la borraja y la judía. Un plato muy agradable con el fresquito. Creo que nos costó 7 euros la media ración, con lo cuál está bastante bien.

Media de tortilla Anboto: una tortilla poco cuajada con setas y txistorra. Muy buen contraste entre ambos ingredientes. Un plato muy sabroso. Sobre 9 euros la media ración.

Gallina trufada con queso la Peral y caviar de bosque: gallina rellena y cortada estilo embutido, plato también muy hogareño. Rico contraste con el queso azul suave de La Peral y el caviar de bosque, que eran setas.

No vi la carta de vino ni sé si la tienen, copas bastante aceptables, pero por copas tienen pocas y trilladas referencias. Chivite chardonnay y Melquior Rioja ambas a 3 euros la copa.