Así es como se denominaba el menú basado en el pescado azul ofrecido durante este verano en la sucursal de Aponiente en Madrid y que disfrutamos dos comensales en la cena. Consistió en lo siguiente:
Embutido marino con pan de algas: butifarra, chorizo y salchichón de lubina, caña de lomo de un pescado de descarte de la familia del pez mantequilla cuyo nombre no recuerdo y sobrasada de atún. Textura prácticamente idéntica a los embutidos originales y sabor intenso el del pescado. Quizás demasiado picante la sobrasada.
Sardina en brasa de aceitunas: hummus de berenjena sobre una tosta y encima la sardina. Sublime.
Temaki de atún almadraba: cono crujiente de algas relleno de tartar de atún. Bocado maravilloso.
Aguachile de maíz, caballa y cilantro: plato terminado delante del comensal vertiendo el aguachile sobre maíz crujiente, caballa, mojama y huevas de otro pescado de descarte (tampoco recuerdo su nombre). Refrescante.
Bonito entomatado: magnífico guiso con un delicioso tomate concentrado. Adictivas las patatas fritas que lo acompañaban.
Cítricos: helados de manzana y papaya y sorbete de mojito. Buen final.
Tras un rebujito azul con el embutido, el maridaje corrió a cargo de Lustau: Palo Cortado Península con la sardina y el temaki, Oloroso Don Nuño con el aguachile y el bonito y Cream East India con los cítricos. Estupendo.
La velada terminó con unos gintonics en la terraza del hotel incluidos en el menú.
Copas Schott y simpático servicio de estrellado.
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