Le por internet la reciente (más o menos) apertura de este restaurante de cocina de Nueva Orlenas (creole y cajún), y en cuanto he podido voy a visitarlo ya que es una cocina que de lo poco que conozco me gusta.
Es un local pequeño, informal, con alguna mesa alta y el resto bajas.
La cocina, la dicha, con bastantes platos de origen venezolano (o fusionados) y algún toque peruano. Los dueños creo que son venezolanos.
Así, a parte de los clásicos de Louisiana como los tomates verdes fritos, el gumbo, la jambalaya, el cangrejo de concha blanda (y no suave como traducen en la carta) o los po'boys (esos bocadillos, generalmente de langostinos rebozados, cebolla, pepinillo y salsa), tenemos algún ceviche (omnipresente) y las comentadas especialidades venezolanas: asado negro, arepas, tequeños, ... y además hamburguesas.
Para beber vislumbro un par de crianzas riojanos y un blanco que desconozco, no sé si tendrán algo más. Nosotros pedimos cerveza: aparte de mahou clásica de grifo también tienen Mahou Maestra, Alhambra Reserva Especial, Cibeles y La Virgen. Una Virgen IPA, para nosotros, que está bien rica, bueno, 4 en total.
Para comer pedimos media de tomates verdes fritos (vienen 3 rodajas grandes), gumbo y un po'boy clásico de langostinos, todo para compartir. También tienen po'boys con otros ingredientes.
Como resumen: en general bien, los tomates son sabrosos, el gumbo está bastante bueno, con gambas, chorizo criollo y arroz, un poquito picante. La pequeña decepción llega con el bocadillo, me lo esperaba más contudente, tanto de tamaño como de sabor (cuesta 12 euros).
El servicio es muy amable y nos supieron recomendar bien sobre los tamaños a pedir.
RCP normal, nosotros acudimos con un descuento del 20%, sin él hubiera sido algo más de 20 euros por persona, quizás un poco excesivo para lo que comimos.
No me disgustó, pero de momento prefiero Gumbo en el centro de Madrid para probar esta cocina (aunque la jambalaya me la hago yo en casa). No creo que repita, salvo que esté por la zona y me apetezca picar algo.