Restaurante Fumiferro en Valencia Cabañal
Restaurante Fumiferro
País:
España
Provincia:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
8,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
8 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
gasto
lomo
pollo
rabo
panceta
cremaet
Opiniones de Fumiferro
OPINIONES
3

Local ya descrito, valorando mucho la gran terraza-jardín que tiene y que dá mucho juego para cerves antes y copas después. Mas adelante supongo que tbn cenar.

Muchos entrantes fusión, Thai y extensión grande en carnes brasa, aves, cerdo, ternera y distintos cortes para elegir, lo cual se agradece. Un par de pescados y distintos acompañamientos.

Servicio muy atento y rápido, dispuesto a agradar, cambiamos varias veces de opinión sobre la marcha de peticiones y se adaptaron sin problemas.

Cervezas de tirador opciones de rubia y tostada y vino por copas.

Lo pedido, patatas revolconas con chorizo y huevo, que parece fácil y en pocos sitios está ok, pues bordado, patatas bien pochadas, chorizo a trocitos y un par de huevos con puntilla.

Tempura de verduras, lo más flojo, ese día parecía mas un rebozado que una tempura, demasiada masa. Eso si, las verduras en su punto y sabrosas.

Mollete de pulled ahumado, chutney piña brasa, muy jugoso, grande, mejor si se va a picar para dos.

Pollo verde. Cumplidor. Pollo frito con mahonesa verde chili.

Entrecots trinchados punto menos, buen corte, punto perfecto de brasa,tiernos sabrosos y ese puntito ahumado . Los acompañamos con unos pimientos asados muy ricos y unas papas arrugadas.

Dos postres, torrija de brioche con merengada, lo mejor el helado, la torrija muy seca. 
Tarta de queso en maceta, muy vistosa y rica rica, en su punto de sabor,melosa a cucharadas de abajo arriba, nos hizo olvidarnos de la torrija.

Para seguir e ir probando las distintas opciones de cortes y carnes brasa.

 

 

 

 

Un local en el que casi todos (los más jóvenes) dicen que se come bien y el problema es la mala insonorización, merece una visita de prueba. Ahí vamos a la hora del almuerzo en día laborable porque es un momento de menor asistencia que una noche de fin de semana. Por cierto fácil aparcamiento en el descampado de delante.

La decoración alternativa se ve de lejos y es intensa. Hay dos entradas no comunicadas (¿?) una a la terraza que es abierta con buenas mesas para parejas y pequeñas para dobles parejas sin mantel y con mucha decoración y plantas que las aísla bastante; hay algunas sillas y mesas altas más individuales. La otra entrada lleva a un local interior con mesas y sillas altas a la entrada, una cocina y baños que separan un comedor interior rectangular y que termina en una salida trasera creo a una zona abierta que no llegué a ver. En la parte de cocina hay mucho espacio para las brasas y el servicio a las mesas. Por último existe una ventana a la terraza que se usa para pasar la comida sin salir a la calle, ¡menos mal!.

Lo importante es la carta de comidas muy amplia y con una cocina de fusión asiática-canaria-local que invita a repetir visitas  porque se sale de lo habitual. Igual ocurre con la carta de vinos, mucho más variada de lo que sueles encontrar en este tipo de locales (hasta 4 champagnes); hay también carta de copas y combinados con bastante variedad. En nuestro caso vamos con los almuerzos y también hay variedad de opciones que se preparan al momento; el tamaño de los bocadillos pasa por el entero (algo más de media barra -7,5€-) y el medio (algo menos de media barra -5,5€-); unas pocas tapas y ninguna flexibilidad para poner en un plato el contenido de un bocadillo, que nos impidió probar alguna cosa más.

Se mantiene el esmorzar popular con sus cacaos fritos, unas pocas papas y unas pocas aceitunas; todo correcto, Parar beber el consabido vino con gaseosa servido en buena copa de vino aunque traído desde dentro ya servido, más una gaseosa por persona lo que no es habitual; además un par de cañas de cerveza de presión.

Los bocadillos fueron:

. tributo a la pérgola: lomo a la brasa, patatas a lo pobre, champiñones, salsa Mery y mayonesa: muy bueno, muy jugoso y perfecta la carne a la brasa.

. John Wayne: carne de caballo a la brasa, patatas a lo pobre y ajetes: buena materia, bien el paso por brasas y bien los complementos.

. Atascarterias: panceta braseada a baja temperatura con falso chucrut y salsa tártara de pizarras dulces: se nota el dominio de las brasas quedando jugoso y menos graso de lo que apunta el titular.

. bocata del personal: pollo cajún a la brasa, queso, cebolla roja, cilantro y emulsión de sweetchili: recuerda muy bien al pollo cajún que preparan en Nueva Orleans aunque aquí la música no es de jazz.

Prácticamente solos en la terraza rematamos con buenos cremaets (suplementa con 1€) en su preparación aunque algo menos sabroso de lo habitual y no sé por qué. Mucho tiempo para conversación al solecito otoñal.

Habrá que dar una oportunidad a comidas o cenas.

  • gasto

    gasto

  • lomo

    lomo

  • pollo

    pollo

  • rabo

    rabo

  • panceta

    panceta

  • cremaet

    cremaet

Me ha extrañado que no hubiera ningún  comentario sobre este restaurante que ahora cumple un año. Máxime  cuando en la prensa hay numerosas reseñas y todas laudatorias. En una típica calle del Cabañal no se adivina el restaurante que hay en su interior,  amplio y con techo muy alto a dos aguas. Al entrar, es sábado, el restaurante está  bastante lleno y parece que hay un exceso  de volumen en algunas conversaciones. Pensamos que una vez acostumbrados al local sería  más  llevadero, pues no. Insufrible y con ganas de acabar (éramos  4 personas y todos coincidimos, no sé  si será que nos estaremos haciendo  mayores). Y sin embargo, y como dicen las crónicas,  la comida está muy buena, los precios comedidos  y el personal atento y agradable.  Aquí  las protagonistas son las brasas y tanto carnes cómo pescados salen en su punto y sabrosos, tienen platos de fusión  japonesa y tintes canarios (al parecer el cocinero tiene ascendentes por las islas). Tomamos gyozas,  ricas;  pulpo a la brasa y pollo cajún con un espléndido especiado y marinado previo que le da un sabor excelente, la corvina estupenda y sugieren diversos acompañamientos, nosotros escogimos patatas vinagreta y papas arrugadas, mejor estas últimas.                                        La carta,  sin ser muy extensa, es bastante variada, así como los vinos, de la casa tienen Calabuig de bodegas Arráez aunque tomamos López  de Haro,  correcto sin más. De postre huevo sorpresa que hay que romper y que esconde algo  que  no es huevo...   En total pagamos 85€ que está  muy bien para lo comido y bebido, pero ante una insonorización tan horrenda el disfrute de la comida queda en un segundo plano. Es de suponer que entre semana  no se note tanto, pero realmente fue una comida de poco placer, hasta nos costaba entendernos cuando hablábamos  entre nosotros.  En la parte de atrás  del local iban a abrir(ya estará abierto) un street food, una especie de bar de tapas con muy buena pinta y en el descampado todavía,  al salir, una futura terraza? 

 

P.D.: RIP al pequeño bar 45 rpm en un chaflán  de Botánico  con Borrull con un menú  del mediodía  sabroso y muy honesto que no ha llegado al año de vida, lástima. 

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar