Esta fué nuestra experiencia.

Al llamar y hacer la reserva te preguntan si quieres paella la tienes que encargar. Te llaman la mañana de la reserva para confirmar.

Local lleno, mesas demasiado juntas para mi gusto, con lo cual el volumen de ruido era alto. 

Dos cañas bien tiradas para mirar la carta, unos 7-8 entrantes y los mismos arroces o fideuas,con los mismos ingredientes puedes elegir que prefieres, tres se ellos por encargo.

Tomate y all i oli?, vale.  Nos toman nota. Calamar de playa, carrillera de atún y fideua de marisco y cocochas.

Pedimos la carta de vinos, suficientes referencias, pocos blancos. Pedimos un Enate 234(14€) el servicio se limitó al descorche  y servir.

Al poco comentamos que habíamos pedido el tomate y all i oli, entonces nos traen el tomate,rallado sin sal ni aceite,que me parece bien y así te pones tú lo que quieres, pero tampoco te lo traen, supongo que lo tendrás que pedir...

A la media hora reclamamos que pasa con los entrantes, “voy a ver”, al ver,nos comenta la persona que nos atiende,que es quien nos ha tomado nota que han perdido la nota en cocina y pensaban que ya estaban en mesa. Traen el calamar, bien de punto y sabor con un puré de berenjena  y all i oli( será este el que no han traído).

En este punto oímos como la mesa de al lado reclama los postres que no les han llegado. Mesas muy juntas.

Segundo entrante carrillera de atún, es de agradecer distintos despieces del atún que en la mayoría de sitios se limitan a lo mismo, estaba muy buena lo mejor de la comida.

Llega la fideuá de gambas y alcachofas.  La habíamos pedido de cocochas. Se lo decimos y se va, vuelve con la nota y nos dice que había apuntado esto, evidentemente no vemos lo que apunta cuando le pides fideua de cocochas. Si está hecha con el mismo fondo nos dice.Por la hora y porque las alcachofas no nos disgustan nos la quedamos. Muy fina, nada jugosa muy falta de sabor.

Sigue sin llegar el all i oli.

Quieren postre? elegimos milhojas de chocolate, que nos llega? Un milhojas de crema, le dicimos a la persona que nos lo trae, que es la cuarta distinta que atiende nuestra mesa, que era de chocolate y que es la tercera vez que se equivocan, más disculpas.. viene quién  nos ha pedido el postre y nos dice que se habrá equivocado él pues le gusta mucho la de crema.

No era tal milhoja, entre dos bandas(sandwich)de galleta un zigzag  de crema de chocolate con muy parecida textura y sabor a la que compro para casa. Prescindible.

Cafés sin incidencias.

Viene un señor con chaquetilla negra que iba pasando,por las mesas y nos pregunta que tal? Le decimos que regular y sin pararse nos dice “por lo menos no ha estado mal” y se va......

Pedimos  la cuenta y ahí si aparece el all i oli tarde pero llegó. Lo reclamamos, nos lo quitan.

Nos invitan al postre y rechazamos la invitación a chupitos que nos ofrecen

Para cobrar 50€ por persona yo espero más profesionalidad y calidad.

Nuevo local (unos 4 meses) en Valencia con una especial dedicación al arroz (y fideuá) de un autodidacta que se ha cansado de hacer arroces en Ibiza en locales y en los barcos y que su obsesión, bendita obsesión, es hacer buenos arroces en Valencia capital.

Un local con un punto elegante, bien vestido, con mesas con buena separación, muy céntrico, buenas copas. Bastante lleno en lunes y con arroz de marisco pelado y fideuá de marisco pelado encargado para una comida para cuatro.

La carta de comidas es una cuartilla que imagino cambia a diario, con 4 entrantes (tomate, anchoa, parpatana y pulpo), opciones de arroces hasta 5 y 4 de fideuá entre 16 y 23€, algunos obligatoriamente por encargo porque hace el caldo para ello por la mañana. Tres postres más la fruta del tiempo. No hay ni carne ni pescado (salvo encargo).

La carta de vinos es escueta con predominio de Riojas en la parte clásica de tintos, pocos Ribera y alguna alegría diferente, más presente en blancos, aunque siempre dentro de una variedad baja pero con precios comedidos.

Arrancamos con unas aguas con gas Perrier pequeñas, y una Mahou Sin, pasando al vino con una copa de blanco verdejo de Ramón Bilbao 2016 y como tinto, El Castro de Valtuille 2013 que llegó justito para toda la comida. Varias de agua de medio litro. Servicio del vino dado a catar y algún servicio más que esporádico.

Para compartir y al centro con un pan correcto:

. tomatito valenciano con ventresca de atún (11.50€): bien presentado, maduro el tomate, ventresca buena.

. parpatana a la brasa (14€): buena ración, buen punto, excelente sabor

. pulpo a la brasa (13€): bien de ración, buena textura, fileteada, bien presentada

. fideuá de marisco pelado (16.5€) para dos: excelente de fondo, buen punto de sal, sin más tropezones que una gambita pelada por persona, servido en paella en la mesa, de un dedo de grosor. Perfecto de temperatura.

. arroz de marisco pelado (16.50€) para dos: mismo buen fondo, misma situación de falta de tropezones, excelente punto de arroz y sal; un grano de capa de arroz, buen arroz (Senia). Perfecto de temperatura al servirlo, algo que no siempre se tiene en cuenta.

De postre:

. dos de melón servido cortado y bien de maduro

. milhohas de crema (4€): algo duro de textura, crema correcta

. 3 trufas de chocolate: buenas.

Unos cafés finales y un cremaet de ron con un rato de cháchara con el chef fueron un gran complemento; siempre se agradece esa cercanía y cuando algo lo conoces mejor, siempre te gusta más.

Se ofrecieron (¡a la salida!) unos chupitos pero ya estábamos levantados.

En el lado más positivo pondría la simpleza de la carta y de hacer bien lo que haces bien con un buen producto y una buena elaboración en arroz y fideuá; y no complicarte en lo que no dominas.

En el lado mejorable la cadencia de los platos sobre todo al inicio; también es dificil de manejar el servicio en mesa de la paella (por otro lado ideal) cuando las mesas son estrechas. En los arroces y aunque lo comentamos, las opiniones divergen en el tema de tropezones o no en el arroz; para mí aunque el fondo de caldo es muy bueno y ahí está el sabor, me gusta encontrar texturas diferentes en la cuchara y no solo granos de arroz por bueno y sabroso que sea. Cuestión de gustos.

Seguramente no encargando un arroz con la misma base que la fideuá, como por ejemplo de paella de cocido, hubieramos conocido mejor la cocina. Para otra ocasión.