Cena con tradición

Dado que este edificio se construyó el 1635 y ha tenido muchas funciones en esta ciudad, situado a espaldas del Ayuntamiento en Grote Markt (la Plaza Mayor para entendernos). Tuvo mucha suerte en april de 1945 cuando Groningen fue liberada, uno de los pocos locales que no sufrió. De hecho desde allí se ven perfectamente los impactos de las balas en la parte de atrás del Ayuntamiento.

Por fuera es precioso y por dentro también tiene su encanto. 

El servicio joven, amable y voluntarioso.

La carta es corta  tanto en comida como en vinos, nos decantamos por un francés (22€ la botella).. Les dije a qué temepratura lo tenían y me dijo lo conservaban fresco, al traerlo efectivamente vi que era así, si duda el mejor servico de vino de los locales que estuve. Lo mantuvieron en enfriador toda la cena.

Pedimos de aperitivo un par de panecillos de buen pan con mouses de 2 tipos para untar, muy sabroso.

Como platos fuertes: falafel, solomillo de cerdo, fish and chips(trozo de bacalo rebozado) y tarta de espinaca y aguacate. Bien presentados, guarniciones correctas y raciones suficientes.

Compartimos de postre un tiramisú, éste venía en una copa, casi como si fuera una desestructuración del mismo; estaba rico.

Mesa de madera sin mantel, cubiertos correctos, servilleta de papel.

Salimos a 22€ por cabeza.

Buena opción.