Por segunda vez y acompañado de un amigo nos decidimos a probar otro restaurante con descuento de la web El Tenedor (nada menos que un 40% en la carta, quedando exentas las bebidas). Es de justicia hacer notar que fue la cena del sábado 19 de agosto cuando sólo habían pasado dos días del trágico atentado de las Rambles. Quizá por eso el ambiente en la sala (no se podía como es lógico cenar en la terraza) era algo más serio de lo que esperas en un local de la ciudad condal, recordándome a mi experiencia en Tallinn (Estonia) del pasado enero.
El local es muy bonito y agradable: una sala no muy grande un poco elevada respecto a la barra. Hay una pared de fondo con un cristal tras el que se ve una pared cubierta de plantas. Espacio suficiente entre las mesas y diseño moderno.
Empezamos con los entrantes: un hummus bastante original (color muy amarillo) con tostadas, semillas de amapola y ensalada de bolsa que no pintaba nada. Presentación buena. De sabor no destacaba. Luego una ventresca de atún con tomate, también con ensalada de bolsa (!?). Correcta sin más (producto muy normalillo). El otro fue una escalivada de verduras con tomate, ensalada y olivada. Algo mejor pero sin emocionar. Los últimos platos rondaban los 7 euros.
Como platos más contundentes yo pedí el canelón de calabacín y berenjena con langostinos y cítricos (9.90 eur). Gran presentación pero muy discreto. Estaba rico pero nada digno de recordar. Demasiados adornos (ver foto) par mi gusto. El colega tomó solomillo (100 gr) con foie (13.50 eur). Luego nos pedimos otro cada uno: el mío con setas que la verdad estaba realmente bueno: al punto de cocción, bien cortado, las setas de nivel... (12.50 eur)
Hay que dar una explicación de la carta de vinos. Para empezar, NO son marcas/bodegas conocidas. Se indican con colores (blanco seco, blanco afrutado, etc) y proponen un maridaje para cada plato. La carta en sí es original, como de cartón grueso, muy bonita. Pedimos un Alges (DO Costers de Segre) a 15.50 eur la botella. Muy bien los precios, el camarero nos dijo que eran de tienda. Copas aceptables. Puntúo alto el servicio por el precio y la originalidad, aunque no me acabó de convencer la propuesta.
Los postres nos acabaron de confirmar que la cocina del local aun se ha de trabajar. Yo tomé un lingot de Cheescake. El lingote de tarta de queso estaba bueno pero lo que se añadió no pintaba mucho: trozos de fresa (esto aun), arándanos, gotas de mermelada, una fruta amarilla del tamaño de una cereza que tampoco era destacable... Parecían cosas para hacer bonito. Tampoco el "Orgasmo de chocolate" era para tanto: un sencillo Brownie al que se le echaba encima chocolate blanco (¿?) caliente. Eso era el orgasmo. Muy flojo la verdad y los precios (sobre unos 6.50 eur cada uno) eran altos para la cantidad de las raciones.
Resumiendo: más presentación y local que cocina, sólo se salvó el solomillo y que con el descuento sólo pagamos unos 32 euros y algo por cabeza (sin descuento hubieran sido 48). De todas maneras creo que mejorarán con el tiempo.