Pequeñísimo local con forma de tubo en el Poble Sec, a pocos metros del conocido Quimet & Quimet. Decoración mezcla de tópicos andaluces y rock alternativo. Una barra a la entrada para una docena de personas apretujadas y algunos estantes con taburetes al fondo para otra docena. Ambiente muy ruidoso. Servicio bastante eficiente a cargo de un par de personas. Carta a base de raciones y tapas tradicionales andaluzas. Oferta de vinos principalmente gaditanos, incluidos un par de tintos andaluces: Barbazul y Valpina, un tinto de Navisa. Casi todos disponibles por copas.
Cena familiar a base de platos para compartir:
- Ortiguillas (7,50€) - Prácticamente imposibles de ver en Barcelona. 7 sabrosas ortiguillas acompañadas de colines.
- Salmorejo (4,50€) - Bueno, aunque eché en falta que llevase vinagre y me lo trajeron para que yo mismo lo añadiese. No entendí que lo acompañasen con regañás.
- Caracolillos (3,50€) - El típico vaso de caracolillos tan fácil de ver en casi toda Andalucía. Los mejores que he probado fuera de Andalucía y de los mejores que conozco. No quedó ni el caldo.
- Croquetas de queso payoyo (4,-€) - Tres croquetas que, según comentaron, estaban deliciosas.
- Patatas con melva (4,-€) - Patatas hervidas con melva. Tampoco es fácil encontrar melva en Barcelona. Muy bueno.
- "Frita me tenéis" (9,50€) - Surtido de fritura de boquerones, cazón en adobo y chocos, presentado en un cucurucho de papel. Fantástico punto de fritura. Me encantó el cazón.
- La "tostá" de la abuela Mila (4,50€) - Recuerdo que llevaba una base de salmorejo, pero no recuerdo qué llevaba encima. No la probé.
- Surtido del matarife (9,50€) - Chorizo frito, algo que me recordó al chicharrón de Cádiz y un fiambre que me pareció morcilla de hígado. Todo riquísimo.
Para beber, un par de botellas de agua pequeñas (1,20€/ud.), una clara (2,20€) y 3 copas de manzanilla Gabriela (2,-€/ud.) servidas en catavinos a buena temperatura.
Aunque los precios de las tapas parezcan asequibles, son realmente tapas, de las que entran con la bebida en algunas zonas de Andalucía.
Nos sorprendió encontrar unas placas de "Reservado" encima de algunos estantes. Cuando se llenó, resultaba muy difícil para las camareras transitar de la barra a la cocina, que está al fondo. Nos llevamos más de un empujón, pero es que no podíamos arrimarnos más a la pared...
Resumiendo, nos gustó mucho la comida, a pesar de que los precios son bastante más elevados que en Andalucía. Casi seguro que repetiremos.
El precio corresponde a lo que tomé yo.
"Frita me tenéis"
Las cartas están colgadas de la pared, una encima de cada estante
Lo mejor de la cena
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