Camarena en Madrid
Vaya por delante que, a estas alturas, no he sido capaz de entender el concepto de PLATEA y que soy muy reacio a visitarlo por lo confuso de las distintas propuestas, y que igualmente no he tenido la fortuna de conocer la propuesta de CANALLA BISTRO en Valencia, pero tal y como se indica Jose Luis en el comentario anterior la propuesta de Ricard para Madrid es posiblemente “menos canalla” y más “formal” en lo gastronómico.
La integración del restaurante en el entorno me ha parecido muy acertada, quedando gratamente sorprendido el grado de aceptación del local, noche de jueves totalmente lleno, y no es pequeño. Hablar de que es algo ruidoso, supongo que en PLATEA es lo normal.
El servicio, a pesar de ser atento, es verdad que falla si se analiza desde una perspectiva de restaurante “gastronómico”, pero como no creo que sea lo que se demande por la clientela, pues perfecto, aunque la atención al vino requiere ciertas lecciones básicas para no acabar con la botella en dos rondas.
La carta de vinos es efectivamente deficiente, con propuestas algo confusas (y muchas bajas o falta de stock en muchas de ellas), así que nos decantamos por un desconocido ARISTIDES 2011, que, si bien inicialmente tenía luces y sombras, al final de la velada me pareció acertado.
ARISTIDES 2011 es un vino tinto elaborado por Bodegas Dehesa de Cadozos (Zamora) bajo la DO Vino de la Tierra de Castilla y León, elaborado con uvas de las variedades Tinta Fina y Pinot Noir de viñedos a 830 metros de altitud, vinificadas por separado, y envejecidas entre 8 y 12 meses en barricas de roble francés.
En relación a las propuestas gastronómicas:
La “Ensaladilla rusa Ricard Camarena”, con espuma de aceitunas rellenas en forma de mayonesa, me pareció muy acertada, una presentación diferente y ocurrente. Me gusto.
Continuamos con el “Buñuelo cremoso y crujiente de bacalao con emulsión de miso”, realmente bueno, el único “pero” es que el aperitivo “brandada de bacalao” utiliza la misma masa que la del buñuelo, por lo que pierde frescura, y el “nigiri sandwich de pato Pekín”, muy bien presentado, pero no nos acabó de convencer.
Éxito rotundo con el espectacular “Canelón de aguacate con bonito marinado y pico de gallo” creo que en vez de bonito era salmón, pero da igual, un plato ingenioso y refrescante que podía estar repitiendo constantemente.
Y tal vez equivocamos la elección “Steak tartar de vaca aliñado como un vitello tonnato”, una propuesta bien elaborada pero que no aportaba magia, fuimos a lo fácil…
A los postres, a pesar de ser obligatorios, no llegamos.
Creo que la propuesta de Ricard para PLATEA es acertada, y que se va a acabar con los cambios de titulares a los que nos tienen acostumbrados.