Restaurante Mesa cero del Val en Valladolid
Restaurante Mesa cero del Val
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
24,30 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
24 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Mesa cero del Val
OPINIONES
1

Local muy céntrico, situado como indica su nombre en las proximidades del recientemente remozado Mercado del Val. Decoración sobria con toques industriales, luz suave y ambiente que invita al disfrute. Mesas bien espaciadas y amplias, vajilla de corte moderno y copas adecuadas.

Llegamos a la hora de apertura e inmediatamente nos atienden y nos sientan en un agradable rincón de la sala. Nos proporcionan las cartas y después de unos minutos se ofrecen amablemente para asesorarnos si tenemos alguna duda, lo cual aprovechamos para terminar de perfilar la comanda. Como queremos probar varias cosas, optamos por compartir todos los platos, que fueron:

+ Carpaccio de vaca con helado de mostaza: Buena materia prima, bien cortada, regada con un delicioso aceite de oliva y acompañada por el helado de mostaza, cremoso e intenso, y unas lascas de un parmesano viejo. Buen comienzo.
+ Maceta de verduras: Original presentación, aunque seguramente no era el mejor plato para compartir. Un colorido tiesto en el que un delicado puré de patata hacía las veces de sustrato al que se asomaban pedacitos de calabacín, cebolla, espárrago verde, setas y judías, todo ello pasado por la plancha. Resultón.
+ Gyozas de carrillera: Para mí, lo mejor. La carne con un aderezo exquisito y el fondo que la acompañaba muy sabroso. Un acierto.
+ Costillas barbacoa deshuesadas: Éxito seguro: buen género y una salsa reducida para untar con fruición.

En cuanto a los postres, optamos por un caviar de chocolate negro con crema de chocolate a la naranja (infalible para los muy chocolateros) y una tarta de queso de cabra con galleta y frutos rojos, presentada según la nueva moda de servir en tarros de conserva.

Acompañamos la comida con unos panecillos variados (de aceitunas, de espelta y otro con levadura de cerveza).

En cuanto al vino, la carta me pareció interesante. Aunque no es excesivamente extensa (podría haber del orden de 15 blancos, 25 tintos y otros 15 más entre dulces, generosos y espumosos), ofrecen junto a los clásicos habituales de la zona un puñado de referencias modernas y desenfadadas de variadas procedencias. Precios razonables, entre 1,5 y 2 veces el de tienda. Como íbamos "de tranquis" optamos por vinos por copa y nos quedamos con el agradable rosado de Hiriart (Cigales), del que nos sirvieron generosamente (2€/copa).

A destacar el servicio, amable y atento, que explica detalladamente cada plato al ponerlo en la mesa. Es cierto que era un martes por la noche y la sala no pasó de una media entrada, pero se agradece en cualquier caso.

La cuenta final fue bastante comedida, sobre todo teniendo en cuenta el buen nivel de lo que probamos. Volveremos otro día a comer, tenemos curiosidad por probar el menú degustación que ofrecen.

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