Antes llamado Ciudadela Parc, ahora La Ciudadela, es un sencillo pero agradable Hotel situado en una esquina del famoso parque de Barcelona, no lejos del centro, que también ofrece servicio de Restaurante para clientes y no clientes de las habitaciones.

Es un sitio al que vale la pena ir cuando llega el buen tiempo, ya que su terraza es fantástica y el tráfico no molesta mucho. Como anécdota, decir que los gorriones campean a sus anchas por la zona.

Tomamos el menú de fin de semana que, anunciado a un precio de 18,90 euros, con los suplementos de IVA y terraza (ojo, un 10%) se eleva a los no tan asequibles 23,20 euros (bebida además no incluida pero sí el pan). De todas maneras, vale la pena pagarlo.

De primer plato se puede escoger cualquiera de los entrantes y primeros de la carta y un segundo (arroz, pescado o carne) y finalmente un postre. Como éramos 4, compartimos primeros: una ensalada con queso de cabra (muy correcta y gran ración), dos de calamares a la andaluza (muy bien hechos) y un par de vieiras en salsa (muy ricas la verdad).

De vino, un Blau Montsant servido a buena temperatura en copas algo discretas pero no horribles. Con IVA y terraza: 18,15 euros. Un vino correcto que se vende en tienda a 7,90. Comentar que el precio de las bebidas era asequible: Coca Cola Zero de lata a 2 eur y agua de 0,5 L a 1,65 ya con impuesto.

De segundo pedimos todos paella marinera. Sin ser la mejor de Barcelona la verdad es que entra muy bien en la terracita a 20 grados con algo de solete. Algo más de una cigala y una gamba por cabeza y bastante sepia. La cantidad, más que aceptable. Comentar que hay para elegir unos 25 primeros y otros tantos segundos de las opciones indicadas antes (aunque un tercio de las mismas tienen suplementos entre 1,25 y 6 eur).

Para finalizar pedí helado crocanti. Normalillo. Los postres no son lo más fuerte del menú.

No tomamos café. La verdad es que es una buena elección para un domingo mediodía de primavera aunque el precio no es económico (es Barcelona...). El servicio es aceptable aunque algo lentos. Para repetir de vez en cuando.