Viva la Italia !!

Un local de vinos (Patacona Winery) amplio, luminoso, al final de la playa de la Patacona.
Dispone de una barra con algo de opciones de cocina que abre para comidas y cenas hacia el final de la semana. Mientras tanto actua como distribuidor de vinos (muy mayoritariamente italianos), catas y tienda de venta de vinos con protagonismo de Mara Funes, en su momento, muy protagonista en Verema.

Cuatro para cenar y sumergirnos en el mundo de vinos italianos. El local tiene cómodas sillas, amplia distribución de las mesas de madera con buena separación, manteles individuales, servilletas de esas que son papel pero parecen tela (gran invento), buenas copas. En un local que estaba casi lleno, con buena cadencia de servicio de platos, cambios de cubiertos.
Tiene un ambiente agradable.

Carta de comidas muy corta con casi todo entradas frias: anchoas, quesos, jamón y embutidos, salmon marinado, sardinas ahumadas, milhojas de foie, esqueisada de bacalao, lingote de pato, pastel de berenjena y lasaña boloñesa; una opción de conservas de máxima calidad de la Real Conservera Española anunciada en carta aparte que pedimos y no llegamos a conocer.

Carta de vinos que merece una visita: muy amplia presencia de vinos italianos de todas las regiones y precios en blancos y algo más, si cabe, en tintos. Como para hacer un casting. Buenos consejos y explicaciones de Mara.
Hay también presencia de tintos españoles, espumosos franceses e italianos y españoles, rosadops, tintos de varios paises, dulces, otros formatos menos habituales... pero es un pecado estar allí y no entrar a profundizar en vinos italianos.

Entramos en la barra con un vino algo diferente: San Martino Prosecco Millesimato (2016), extra dry, de Treviso, muy espumante y aunque dry de creación tiene un punto dulce final que parece venir de la uva.
Ya en la mesa seguimos con un blanco muy interesante Vermentino 2016 Bolgheri, de 12.5% complejo en boca que lo hizo durar más de lo esperado, por lo que rematamos con copas de tinto (en lugar de una botella) para los quesos; por recomendación del propio local probamos Prunotto 2015 de Barberá d´Alba y Biscardo 2014, un Valpolicella Ripasso clasicco superiore, ambos buenos.

Decidimos seguir consejo de la casa y probar diferentes platos, uno de cada. Las raciones previstas seguramente para dos, quedaron adaptadas y suficientes para probar, a modo de tapas, por los cuatro.
Elegimos:
. anchoas (una por persona) del Cantábrico con tomatitos y brocoli: bien presentadas con tamtes cherry cortados, bien aliñados
. foie de mar con crudita de verduras: hígado de bacalao, bien de sabor; las verduras complementan bien.
. milhojas de foie caramelizado. Muy buen plato. Perfecto de sabor y crujiente la caramelización. Muy recomendable.
. sardinas ahumadas con cítricos y frambuesa: servidos sobre una tosta. Difícil de comer ya que la tosta se fragmenta fácil lo que se agradece en boca pero cuesta su manejo en la mano o en el plato.
. pastel de berenjena a la parmigiana: bien presentado, en compañía de láminas de pan que no mejoran el pan de la mesa, ni tampoco crea diferencias (¿?). El pastel andaba en un punto de sal alto; al preguntarnos, lo comentamos y se intentó excusar en sus componentes...
. tabla de quesos: manchego, tronchón, garrotxa, tarta del casar y cabrales. Buen nivel en todos. Bien presentados con aporte de frutas que permite limpiar boca entre prueba y prueba. Bien presentado el plato, buena ración. Muy recomendable.
Los emplatados bien realizados en general.

Postres: 2 para compartir:
. salchichón de chocolate: clásico trampantojo de chocolate con forma de fuet. Curioso si no lo conoces. Más vistso que sabroso.
. tarta Tatín: muy dura la base y correcta la manzana en sabor.
Se quedaron fuera la tarta de queso y los helados de almendra y chcolate Gran Cru. A la próxima.

Destacar el pan en sus diferentes versiones de cereales, loncheados y que se acompañó de un buen aceite AOVE de Tenuta San Guido, poco verdoso y no muy intenso en amargos finales pero muy fácil y equilibrado.

Por cortesía de la casa chupito de Limoncello y chupito de grappa Poli.
Merece la pena conocer este local de buenos vinos (sobre todo italianos) que le acompaña una cocina más que correcta.