En las manos de Lucas González

En una Urbanización a la entrada de San Lorenzo de El Escorial (Urb Felipe II), en unos locales comerciales se encuentra el proyecto gastronómico (artístico, cultural, etc…) de Lucas González, chef que obtuvo reconocimiento hará una década y que regresa a El Escorial en plena madurez (desconozco motivo del paréntesis) a la sombra del renombrado MONTIA con un proyecto de cocina creativa, de apariencia sencilla, y trato personal y directo.

Un único menú a 50 euros, menú que se va configurando cada dos meses con productos de temporada, nos correspondió BLACKSTAR, en torno por el tiempo y lugar a la TRUFA, para una un local en el que sala y cocina conviven en una armonía diferente. El equipo de cocina participa y atiende en todos los aspectos.

El menú se acompaña con los excelentes vinos extremeños de las Bodegas PAGO DE BALANCINES de DO Rivera del Guadiana. Espectaculares todos ellos, terminando por la espléndida garnacha tintorera de HARAGAN (Magnun).

Las elaboraciones (1 aperitivo, 3 tapas y 4 principales) que componen el menú incluían la trufa, ya sea elaborada o acompañando el plato principal, siendo las sensaciones en todos los casos muy buenas.

El menú se inicia con unos interesantes aperitivos, y de las principales: “vieiras con láminas de trufas y parmentier de lombarda” (buenas), unas maravillosas verdinas con lamina frita de jamón (la trufa acompañaba en láminas), de lo mejor que probamos. Continuamos con un clásico de la cocina de Luis el huevo trufado, que evidentemente está incluido en todos los menús (no sólo en el BLACKSTAR), pero que en este pegaba de lujo, y terminamos terminar un rabo de toro con la trufa incluida en el guiso (la verdad es que muy bueno).

De postre un postre a base de queso distinto, muy bueno, y una crema de helado con láminas de trufa.

Desconocía por completo el proyecto AMETSA, y sinceramente lo recomiendo encarecidamente.