O como quieran llamarlo. Se trata de una tienda-restaurante-bar de vinos (eso tan entrañablemente francés, que llaman caviste) fuera de la isla que conforma el viejo Estrasburgo, pero muy cerca del centro, en el barrio de Krutenau.

un lugar donde comprar un vino, tomarse una copa o comer algo. A mediodía tienen la clásica fórmula de nuestros vecinos, esa que permite tomar un un plato solo, un entrante + un plato, un plato + un postre, o todo. A 12, 16 y 20 euros. Cuando yo estuve era mozzarela con eneldo, una especie de guiso de vaca que estaba muy jugoso y de postre pastel vasco o tarta de limón. Además varios platos en carta, que tenían buena pinta.

Para beber tienen una pizarra con varios vinos por copas, no todos franceses, pero sí creo que todos bio, eco, o similares. No tienen carta de vinos, pero puedes elegir cualquier cosa de la tienda. Buenos precios.

En nuestro caso un riesling del Domaine Schueller, muy joven (2015) y todavía muy primario, pero muy bueno si te gusta el estilo (a mí me gusta).21 euros. Además una copa de pinot noir alsaciano, de Rietsch, a 6 euros la copa (aquí se pasan más con el precio).

Un sitio muy agradable donde se come correctamente y se puede disfrutar del vino.