Local situado cerca del cruce con plaza del ayuntamiento en la zona que abre la acera y permite terraza con mesitas para aprovechar el veranito adelantado de la semana anterior a fallas.

Interior tipo tubo con barra a un lado y fila de mesitas al otro que amplia a recodos (tipo habitación) en el fondo. Junto a la entrada la bodega con vinos expuestos con los precios colgando para tomar o para llevar con bastantes opciones de tintos.

Carta de comidas con siempre plato del día de cuchara que va variando pero siempre de planteamieto casero. Fijo pochas con codorniz; lentejas los lunes, fabada los martes, alubias miercoles, fideuá los jueves, y hoy viernes cocido completo.
Aparte hay entrantes frios y calientes a elegir; platos del mar sobre todo merluza, bacalao y lubina (16-18€) de elaboraciones clásicas; platos de tierra como ternera, chuletas, manitas de cerdo, rabo de toro (sobre 16-18€), huevos estrellados. Postres artesanos (5€). Los cafés son Nespresso.

Lleno sin que quepa una silla más. Mesas de madera de tamaño pequeño y muy juntas, con mantel y servilleta de tela, sillas de madera más cómodas de lo que aparentan. Local muy ruidoso en la zona de ampliación del fondo.

Lo bebido: una copa de vino que es valenciano (sin especificar) o bien crianza de rioja alavesa o ribera de embotellado privado con etiqueta anónima (3€) que no tiene sentido a ese precio, pero no hubo más oferta. Servido en la mesa pero hay que preguntar lo que sirven (¿?).
Agua vichy.

Para comer, pan básico aparte:
. un par de raciones de chistorra (2 pedazos por ración): correcta
. el cocido se me hace irresistible. Plato de sopa con fideos, bien de sabor, no pasados de cocción (o recalentamientos) servido en cuenco y en cantidad suficiente para repetir hasta cansar.
El cocido era así de completo y servido en bandeja: morcilla, patata, verduras cocidas, carne de ternera, de pollo, morcilla, tocino, garbanzos en cantidad y en general de calidad de alimento bien correcta, buen punto de cocción, sin pasarse.

Un café bueno para rematar.