Un "must" de San Miguel de Allende

Excelente restaurant en San Miguel de Allende, en el centro de México. Esta ciudad conserva la arquitectura colonial en sus fachadas pero por dentro hay todo tipo de comercios con locales modernos. Este restaurant merece ser visitado cuando uno viaja a esta ciudad.
Aqui el chef Matteo Salas, mexicano pero de ascendencia italiana, plasma su creatrividad y estética en sus platillos pero sin cosas raras ni estrafalarias.
Empezamos con un torchon de foie, bien preparado y con montaje muy estético. Mi hija pidió una nesalada de corazones de alcachofa ahumados. Este platillo me llamó la atención por la variedad de texturas y sabores. El ahumado y aderezo son muy sutiles, de manera que no enmascaran el sabor natural de los ingredientes.
Después pedí un pulpo sobre una cama de lentejas, gnoquis y una yema de huevo. La combinación parece extraña pero funciona - y muy bien. Por ultimo quería queso pero no el plato completo. A sugerencia del camarero me trajeron un queso de cabra añejo y pimienta, de elaboración local. Excelente, a la altura de los mejores de este estilo.
El menu de vinos no es excesivamente amplio pero creo que esta completo y variado, sobre todo en cuanto a vinos mexicanos se refiere, aunque también hay vinos de otros paises. Yo pedí una copa de Syrah del valle de Guadalupe, muy bueno. Con el pulpo aromonizó muy bien, y con el queso ... sublime.
Al final el chef se acercó a la mesa a saludar, muy amable y cordial, y sobre todo con los pies en la tierra, sencillo y accesible.
En resumen muy buen restaurant, no en balde me lo recomendaron algunos colegas y chefs de mi ciudad.