En el coche de camino al restaurante,ibamos mi mujer y yo, comentando lo bien que lo pasamos el año anterior y las magnificas sensaciones que nos dejo. Y con ganas de probar las nuevas propuestas de este año. Han sido satisfechas ampliamente.
Lo primero decir que han vuelto a redecorar el interior suprimiendo un muro que separaba las estancias, resultando más acogedor.
La propuesta que Quique Dacosta nos presentó el año pasado rompía bastante con lo anterior de su cocina, y este año ahondando en la misma dirección le ha dado una vuelta de tuerca y ha mejorado con creces. Su creatividad se ha desbordado ofreciéndonos una sinfonía en la que los sentidos se despiertan. Con una aparente sencillez en los platos, que ocultan un trabajo y una técnica exquisita.
Hay dos menús: El Universo Local, con una mezcla de novedades y platos clásicos y emblemáticos de otras temporadas.
Y el Sabor del Mediterráneo, con las novedades de este año y más largo que el Local. Elegimos este y con maridaje. No pongo de que consta el menú, pues resultaría prolijo. Está disponible en la página web.
Un menú que desde los snacks del aperitivo hasta los postres del final tienen un hilo conductor: ligero, sabroso, fresco e imaginativo.
Snacks que rallaron todos a una grandísima altura, con mezcla de texturas y temperaturas. Pero por destacar destacaría el consomé de barricas de ron, la grosella al momento (una explosión de sabor), la mini endivia a la naranja sanguina, una mezcla de sabores que me encantó. La panceta adobada (por sorprendente) y el erizo de mar.
Las tapas, donde el colorido y el aspecto visual juegan una partida con la explosión de sabores, resultando un empate. Pues es un todo.
Igual que en los snacks, es difícil destacar algo, pues todos son un compendio de sabor y frescura. Pero el crep de fresitas al vinagre, la tarta de manzana campari (¡¡¡que composición y texturas!!!), la empanadilla de sepia, lima, wasabi en nabo blanco o los piquillos son fieles exponentes de la propuesta de este año. Y qué decir de su magnífico y afamado cuba libre de foie.
En el apartado de platos tenemos en cabeza a, Tomate cocohuete margarita, su versión de Horchata y chufas y Corazón de vaca, seguidos a escasísima distancia del resto. Donde habría que destacar la original, atrevida y divertida visión de los Siete Servicios del Pichón.
Seguimos con los postres, que están a la altura de lo salado. Resultando un colofón perfecto a una gran comida.
El servicio en sala es de igual calidad que la cocina y desde que entras hasta que sales te encuentras rodeado de una atmosfera muy agradable. Con profesionalidad y cercanía sin agobios ni empalagos. Con un ritmo entre platos realmente magníficos. Así como el servicio del vino con 17 vinos que fueron servidos en la copa apropiada y a la temperatura perfecta.
Los vinos fueron: Champagne Laurent Perrier rosado, Tío Pepe en rama 2 palmas, Fino Especial La Panesa, Reflet d’Antan Bérèche et Fils,Malus Mama 2009, Fontanasanta 2010, Chateau Chalon 2004, Excepcional Harvest 2010, Nun Vinya Les Taus 2010, Beatum 2011, Riesling gran Cru Schlossberg Cuvee Catherine 2002 Dom Weinbach, Chambolle Musigny 2009 Dujac Pere et Fils, Quincha Corral 2006, Clos de L’obac 2001, Reserva Real Casta Diva, Ino Masia Serra.
Resumiendo, una magnifica comida para el recuerdo; y una propuesta de menú (como digo al principio del comentario) ligero, sabroso y fresco.
Ya hace tiempo que se dice de Quique que va a obtener la 3ª estrella Michelin. Mi opinión, como aprendiz de aficionado a este mundo, es que de este año no pasa.
Gracias a Quique Dacosta y a todo su equipo (Didier, José Antonio, Dominique…) por este día.
El precio es solo del menú