Una isla
Apartado de lo clásico de comida italiana este café y pastelería de lujo que hay en la entrada, permite atravesar un estrecho pasillo y acceder a un comedor de sillas altas y mesa rectangular como para 12 persona a la entrada de la cocina que da un aspecto informal , moderno con toques de distinción.
La carta de comidas anda más por cocina creativa que por comida casera italiana de la mamma. Lamentablemente con algunos fallos sobre la carta que no sabria decir si era por el horario (más de las 15 horas) o por fallos directos. El servicio muy lento y la petición de un plato suplementario se eternizó.
Los emplatados muy cuidados.
La carta de vinos también tiene algunas cosas interesantes y variadas con la opción de vinos por copas muy a tener en cuenta, aunque con algunos fallos sobre los reseñados en carta.
Un "cestino" de pan bueno. Aceites para autoservicio con un San Gregorio intenso y un Solaria más verdoso y amargo pero ambos muy destacables.
Para beber dos aguas minerales grandes y vino por copas, bien servidos, buenas copas y raciones correctas:
. Catalina San Mamertino 2015: un buen blanco
. Principiano Laura, un Barbera d´alba:que gustó
. Damiano Ciolli 2014 Silene, un tinto cesanese superiore, poco acido y algo desestructurado
Para comer los 4 compañeros de viaje:
. caprese con pane di lariano tostato: tomates camone, Fior di Puglia leche, aceite de albahaca y sal ahumada de Maldon.
. hamburguesa de carne de raza piamontesa x 2: con queso ceddar y ensalada de tomate: buenas piezas de carne sabrosa, bien de punto y correctos complementos.
. tartare di carne: carne de vacuno piamontese clásico, rematado con el huevo, la sal y el aceite virgen extra, mostaza antigua, alcaparras, chalotas con crocantella nuestro horno
. burro e parmigiano alla franciscana x 2: Rigatoni con mantequilla Echiré "media sal". Trío de vacas rojas parmesano 36 meses de curación. Niebla alpine niebla con 30 meses de curación. Reggiano de la colina con 36 meses de curación. Una pasada de quesos.
Merecía rematar con unos pasteles a la salida y así lo hicimos.
Un cambio de planteamiento que resultaría una isla gastronómica en el viaje.
Aún rematamos en una pequeña heladería cercana (saliendo de la plaza a la izquierda en la calle del tranvía yu antes de la plaza siguiente) con unos cornetes de helado de regaliz, pebrera, zanahoria, uva y granada, Muy recomendables y adictivos.