Uno de los griegos de Barcelona

Para celebrar el cumpleaños de una amiga se eligió esta restaurante, uno de los griegos de Barcelona, que está situado en pleno barrio de Gràcia. Somos 6 y nos asignan una mesa redonda más que suficiente. El local, bastante sencillo y con algunas paredes pintandas de azul, tiene la ventaja de que no está muy apretado. Las sillas, eso sí, algo estrechas.

Hay varios menús entre 15 y 30 euros pero nos decidimos por pedir a la carta pues no hay mucha diferencia de precio y así podíamos elegir más facilmente platos a compartir. Un punto negativo es que, aunque parezca increíble a estas alturas, los precios van sin IVA. Yo los indicaré con el impuesto ya sumado. 

Para empezar, PIKILIA (surtido de 6 cremas para compartir, 14 eur). Hay hummus, de berenjena (de las mejores), de feta ligeramente picante (muy buena también), la habitual de yogur y pepino, la roja picante y una muy rosa de huevas de pescado que también me gustó aunque el sabor era fuerte. Pedimos pan pita, por supuesto, para mojar. El pan, bastante grueso y en textura tipo gofre, me gustó mucho. No sé lo que nos costó, pero diría como a euro la unidad

También pedimos una ensalada: SALATA KRÍTI (9.35 eur) con Rúcula, tomates cherry, higos secos, galletas griegas de sésamo (curioso), queso de cabra y vinagreta de naranja. Quedo corta para seis pero llamó la atención la vinagreta.

En cuanto a vino, nos decidimos, obviamente, por caldos helénicos. Primero un tinto suave (de sólo 11.5º). No recuerdo el nombre pero sí que entraba muy bien. Nos lo pusieron en cubitera. Costó 16.50 eur. La segunda botella era un Syrah con otra variedad autóctona en un "envase" más rechoncho que la burdalesa típica. Era más potente (13º) y combinó bien con los segundos (18.70 eur). Para éste último nos pusieron unas copas más grandes. Por desgracia no hice ninguna foto a las botellas.

Los segundos mejoraron algo el nivel: yo tomé KOTOPOULO ME ELIES: un redondo de pollo relleno servido a rodajas con olivada de kalamata por encima acompañado por una especie de pisto. Muy bueno y ración abundante. Las mujeres de la mesa (yo era el único hombre...) se decidieron por moussakas y mousakas vegetales excepto mi novia, que probó unas berenjenas al horno rellenas. La única queja es que las moussakas llevaban demasiado comino...

Para postre yo escogí un tartufo de pistacho muy esférico. Muy rico, bien fresquito, buena pinta y fácil de comer. Llenaba pero no era pesado. Costó 5.5 eur. Mi pareja tomó un yogur griego con pétalos de rosa (bueno pero sin exagerar). 

Comentar que nos sirvieron agua osmotizada. No sé el precio pero diría que sobre 1.50 eur cada botellita de medio litro. Pedimos cafés. No nos invitaron a ningún chupito. 

No creo que sea un griego de los más auténticos pero la comida está más que aceptable aunque el precio no es asequible (eso sí, no nos quedamos con hambre). El servicio, educado sin ser pesado. Un buen lugar para conocer la comida de este país sin agobiarse mucho al ser un local pequeño