Apenas un mes abierto este local que ofrece una gastronomía, según su propia definición, " mediterránea con influencias árabes y guiños de fusión ".

Se trata de un local sencillo, pero agradable, con mesas sin manteles, servilletas de papel y buena separación entre ellas.

Personal joven, tanto en cocina como en sala. Se respira un ambiente amable y atento. Buenas explicaciones y recomendaciones de platos.

Carta de vinos escueta con una referencia de cada DO ofrecida, con precios razonables. Aquí nos decantamos por un Gerrouane Les Trois Domaines, vino marroquí, elaborado con uvas Cinsault, Garnacha, y Cariñena. Un vino sencillo, con un sabor agradable y fácil de beber.

Carta de comida, igualmente breve, manejable, distribuida en entrantes, cous cous, carnes y postres. En este último apartado es donde no se aprecia esa influencia arabe que anuncian en su declaración de intenciones.

La comanda, en esta primera vista ha quedado compuesta por:

- Muhamara ( Crema de pimientos asados con pesto de nueces). Sabroso, para tomar con cuchara, buena textura y muy buen sabor. Repetible y recomendable.

- Babaganous ( Crema de berenjena con hierbabuena). Al igual que el caso anterior. Buena textura y sabor. Repetible y recomendable.

- Empanadilla Fatay ( Carne con rash al hanout). Similar a las empanadas argentinas, y al igual que aquellas, muy buenas.

- Cous cous de goulash con verduras. Bien presentado, ración abundante. Sabroso aunque un poco falto de temperatura.

- Pastela bereber. Según me cuentan, estaba bueno.

- Panacotta de mango. Buen sabor, pero con textura mas parecida a un flan.

- Tiramisu. Su versión, muy correcta.

Cafés con hielo ponen punto final a este primera visita, a la que seguirán mas, nos ha transmitido buenas sensaciones tanto por cocina, a pesar de su brevedad, como por sala.