... pues venía uno de comer en Bagá, pero ya que está uno por andurriales algo habrá que cenar. Amos, digo yo. No mucho, vamos con algunas cosillas sencillas.

Por si no quereis leeros todo el asunto: Mejor el final que el principio.

Vamos al lío con un par de cervezas, por cierto. El lugar es majo. Bien vestido. Gente agradable en el servicio, atentos pese a que le juntó casi todo quisque a la misma hora.
Tsch, eh, a mi no me echéis la culpa. Que yo me puse en un rinconcillo. Que como las gallinas me das un palo y hago noche.

Pues nada, vamos en dos tandas. Taco y anchoa 00. Pueees, el taco es un cuarto de taco (creo recordar con pringá. En la cuenta no lo pone y la web no está actualizada) sobre unas patatas paja. Bueno, vale. No sé.
La anchoa 00 sobre una rebanada de pan con tomate. Mmm...mmm....mmm... ¿00? Mmm... mmm... mmm...

Vamos a por los dos que quedan. El saam y el salmorejo. Pueees jolín. A ver. El saam, lo que viene siendo el saam, en su esencia de saam y siendo saam... pues no es un saam. Era un taco con carne. Rico, eso sin duda. Como taco, lo que se dice taco, lo que viene siendo taco, en su esencia de taco y siendo taco... pues vale, está bien. Como saam no lo es en multiverso alguno.
Y oye, pues mira que el salmorejo de pimientos asados con sardina ahumada y queso de cabra estaba requeterico.

Lo que he escrito es cómo fue la cosa, sin embargo... pues oooooye, he picoteado de manera agradable por 20 grunchis.

Situado en las cercanías de la catedral. Comedor de buen tamaño, mesas de tamaño algo justo y separación correcta. Sin manteles. Buen menaje. Servicio afable y servicial. Carta a base de unas pocas recetas tradicionales -algunas con un toque personal- y bastantes más de fusión, con toques orientales. Muchos platos para compartir, la mayoría de los cuales también se sirven para tomar individualmente. Cinco postres caseros. Carta de vinos bastante amplia y surtida para el tipo de local, con algunas referencias que me sorprendieron y precios por debajo de x2. Copas aceptables. Por la bandeja de (buen) pan nos cobraron 1,80€.

Cena familiar a base de platos para compartir:

- Bun de panceta confitada (4,50€) - Delicioso.
- Croquetitas de pollo de corral con fondue de queso al curry (11,-€) - Presentadas en una especie de huevera. La fondue me supo a curry. La mezcla me gustó mucho.
- Samosas de oreja de cerdo con salsa agripicante (13,-€) - Sabrosas (rodolí).
- Tartar de atún rojo, algas wakame, aguacate y sésamo negro (14,50€) - Le gustó incluso a mi hijo, que es de la protectora de pescados (o eso dice para no comer pescado). Nos encantó la combinación.
- Raviolis de rabo de toro estofado, crema de patata y aceite de oliva (15,-€) - No será muy imaginativo, pero nos supo a gloria.

De postre:

- Panna cotta de chocolate blanco y negro (5,50€) - Original presentación en forma de helado de palo.
- Esfera de mascarpone, fresas, mango y crumble de piñones (6,-€) - Divertida presentación en forma de esfera que has de romper como si se tratase de un huevo.

Para beber, un tubo de cerveza (2,20€), tres botellas de agua de 1 l. (2,50€/ud.) y dos copas de un vino que no recuerdo (3,-€) servido a buena temperatura.

Una oferta en las antípodas de las tradicionales tapas que componen la oferta mayoritaria jienense. Un soplo de innovación y color al que le deseo lo mejor, y al que espero volver tan a menudo como me sea posible.

El precio corresponde a lo que tomé yo.